Cuando
leemos escritos antiguos, sin tener en cuenta que han sido traducidos a
diferentes lenguas, que han sido adaptados para costumbres y diferentes
conocimientos, es complicado que podamos encontrar algo más que la letra, el
significado que le hemos dado a las palabras o mejor dicho el conocimiento que
tenemos de ellas.
El
conocimiento adquirido por el hombre, de su observación e intuición, del
entorno y su funcionamiento. Las ráfagas de Intuición y Consciencia, que le han
venido en sus sueños, han sido transmitidas, con diferentes ejemplos y relatos,
su configuración del funcionamiento de cuanto nos rodea, obviamente no ha
podido ser con: “Palmeras y patios llenos de
manjares, para los que habitan en las tundras y círculos polares. Tampoco con imágenes
de nieve o hielos, y sus diferencias en los trópicos”.
A
cada uno le han sido contadas según sus vivencias, conocimientos y
predisposiciones. Miramos en estos días a los Reyes Magos, pensando que son una
fábula, un mito, que si no fuese por los grandes almacenes, los niños no tendrían
regalo de Reyes. No importa cuanto gastemos, cuanto compremos, ni el tiempo que
empleemos en buscar los más maravillosos regalos, ninguno podrá acercarse al
regalo que todos recibimos continuamente del Mundo de la Magia, de sus Reyes: “El regalo de la Vida”,
no la que nosotros hemos creado, sino la que nos permite crearla.
En
el Génesis, en el comienzo, teníamos unos valores simples y sencillos, como
dice el Génesis:
1-28. Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y
multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en
las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»
1-29. Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que
existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de
semilla; para vosotros será de alimento.
2-19. Y Yahveh Dios formó del
suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante
el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el
nombre que el hombre le diera.
Finalmente lo que hemos entendido, de esta traducción es
que: “manden en los peces del mar y……”
es que están a nuestro servicio, que podemos
mangonearles o hacer lo que nos venga en gana con ellos, que son simple Vida
para ser usada a nuestra voluntad. Quizás es por ello que el que manda nuestra sociedad, es lo
que entiende que nos dicen los libros, las enseñanzas antiguas. El que manda en
general, es el que acepta o tiene la “Responsabilidad
del bienestar del grupo que manda”.
El:
“y sometedla; mandad…”, podríamos decir que lo entendemos igual, someter
significa: Anular la personalidad, quitar la libertad, esclavizar. No se nos
ocurriría nunca mirar en otros libros: “Fluir
como el Tao”, sin tocar, sin modificar, sin
ser percibido, “Ser Uno en el Tao”, en el que hay que someter a la diversidad a ser beneficiosa
las unas y los unos, con los otros. Someter para mejorar, para evitar los desastres,
pero no para beneficiarse, sino para que el fluir sea armónico.
Es
aquí, donde al menos para mí, apunta en esa dirección: “…. todo árbol que lleva fruto de semilla;
para vosotros será de alimento”. Ni tan
siquiera nos dice, que aremos o destruyamos los bosques para producir nuestro
alimento, hay que cuidar las plantas alimentándose de lo que nos dan, sin matar
animales, sin ser nosotros los que cambiemos lo que nos rodea, simplemente para
beneficiarnos o cubrir nuestros deseos.
Y
a todo le dimos nombre, y cada criatura y forma de vida, recibió de nosotros un
nombre y tendrá la función para la que ha sido determinado el nombre. Me
recuerda a Confucio.
Pero
unos valores tan simples como eran: “Respeto,
responsabilidad, amor a cuanto nos rodeaba”. Con
las traducciones ha quedado, con etiquetar las cosas y ponerles por escrito su “valor”.
Además por si alguno tuviese problemas para vivir con valores, hemos creado los
descuentos y las rebajas.
Los
Reyes Magos nos traen el regalo desde el Mundo Mágico, el de la Vida, que llega
a todo el Universo en cada Ahora. Qué dificultad tiene para ellos, el darles un
regalo, un día al año, en un solo planeta, a cada día menos niños, qué mejor
regalo pueden darle, que sus padres les demuestren su amor al menos un día,
aunque sea comprando algo en un supermercado.
El
resto del año, podremos comprarlos para que sean: “Objetos sexuales,
terroristas, niños-soldado, masacrados en guerras, ahogados buscando la
libertad, dejándoles huérfanos, …”.
Al
menos hoy, los Reyes les traen: “La muestra
de amor de sus padres”.
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