Hay quien dice
que somos: “Hijos de la Vida”.
Pero, ¿Qué Vida
podría nacer si no la crearan Sus Hijos?
A veces
pensamos que: “Nacemos por nuestros motivos,
por nuestra evolución, por estar con alguien a quien amamos, que hay un ego en
algún tipo de existencia que tiene unos propósitos para nacer, que quiere o
tiene una misión que cumplir”.
Siempre me
he preguntado si la Vida necesita algún propósito para vivir, si la Vida
manifestada o expresada como materia, necesitará un propósito para nacer y
poder vivir, si una Vida Absoluta, necesita crear Hijos que la manifiesten o
expresen.
Siempre buscando
el ¿Por qué?, necesitamos saber lo que somos, nuestra misión, el propósito por
el que hemos sido enviados por un Gran Poder, que significaría que existimos
incluso antes de nacer, porque, ¿Quién puede enviar algo que no existe en ningún
plano?, incluso Dios no podría enviar algo que no tiene “existencia potencial”,
por eso para no equivocarnos dijimos que: “Dios,
la Vida, el Universo, son infinitos, porque ahí cualquier cosa que aparezca
estaría incluida. Por si acaso, para curarnos en salud añadimos “Absoluto”, que
incluye Todo.
Pero seguimos
pensando que nacemos por amor a algo, sin aceptar que ya somos por definición
propia de la Naturaleza Divina: “Amor”.
Buscamos un
nacimiento en lo que definimos como “Eterno”, que es la Vida.
Decimos que
la Vida es Absoluta y Todo cuanto se manifiesta es Vida, la separamos y la
definimos como familia de: “Hijos, hermanos,
primos, listos, inteligentes, mascotas, tontos, bosques, ….,”. O simplemente tratamos de manifestarnos como nuestra propia
Naturaleza de Vida, que imagino que no podrá hacer otra cosa que vivir, aunque
no lo sepa.
Me gustan
los relatos, las explicaciones, hasta el punto de que me interesan sobre todo,
los conceptos.
Pero que me
guste cocinar, no significa que me dedique exclusivamente a ello, me gusta
probar, comer y ver los cambios en las energías que producen los alimentos.
Que me
guste profundizar en los Conceptos, no significa que lo que me importa, no sea
expresarlos siendo lo que soy y tratando de ser la materialización de la definición de esos
conceptos.
Una frase
es bonita, nos motiva, nos alegra el día, nos ayuda a superarnos, pero siempre es
a eso que nace, a eso que vive, a ese ser con el que nos identificamos y
percibimos, olvidando al que lo percibe. El Concepto debería ayudarnos a tener
cada vez más presente al que percibe lo que es manifestado, el que a veces
decimos que produce la sombra, al que se interpone en la luz que somos, para
que lo que percibimos sea sombra, porque lo que no puede percibir la Luz, es a
la luz.
Creemos que
nacemos para algo o para alguien, pero incluso para nacer para nosotros, es
necesario un “yo”, un ego, que perciba lo Absoluto en Dualidad.
Miramos el
alma como individualidad separada, perteneciente a un algo o alguien, separada
y en conflicto con el cuerpo, necesitando unir: “Mente,
emociones, cuerpo, con el Espíritu, con el Ser, regulando y creando las
enfermedades y los conflictos, de ambos lados”.
Algún día
comprenderemos, que usamos casi todo en individualidades completas, nadie
conduce las piezas del coche, o monta un caballo comprado por piezas en una
carnecería. No estamos formados por cuerpos, piezas o entidades separadas, el
concepto con el que nos hemos definido es: Vida, Absoluto, Todo.
Como una
Naturaleza Eterna no podemos nacer, sino cambiar la percepción del ego que
percibimos, pensando que muere lo que dejamos de percibir y nace lo que entra
dentro de nuestra percepción.
Vivir no es
una acción o actividad, es simplemente manifestar la Naturaleza de Vida.
No hay algo
viviendo, sino una percepción de la Vida en manifestación.
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