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Yui Shin

domingo, 19 de marzo de 2017

EL SUFRIMIENTO

          Lo que me hizo interesarme en el budismo, fue cuando vi las imágenes de Buda en India, principalmente al verlas en Ajanta y Ellora. En la semioscuridad de las cuevas, el silencio, sentado con esa tranquilidad que reflejaba su cara, cargado con las emociones que produce el viajar por un país en el que todo era un choque de emocionalidad, con cuanto había conocido en Europa. Me sentaba y me quedaba contemplando la estatua en silencio encontrando una gran tranquilidad.
          Es en Australia donde comienzo a leer algunos libros Zen, ya había leído algunos, pero es entonces cuando comienzo a leerlos realmente. Siempre desde el principio me pareció curioso, que la semilla de la búsqueda fuese el sufrimiento. Especialmente por una persona que le habían prohibido el sufrimiento alrededor, que solamente por casualidad o por su curiosidad, pudo contemplarlo.
          Creo que a lo largo de mi vida, sobretodo, observándola desde la distancia que la convierte en pasado, creo que a pesar de haber tenido sufrimientos, por sucesos que han acaecido, por circunstancias que se han torcido, por deseos incumplidos, por lo que he visto, oído y vivido, nunca he sentido que la vida fuese sufrimiento. La muerte solamente me sorprendió al contemplarla con unos cinco años, mi madrina muriendo. O cuando siendo niño con unos diez años, maté un pájaro con un tirachinas, cuando fui a cogerlo y la piedra casi le había atravesado.
          No sé cómo la he mirado, incluso las guerras, las veo como nuestra búsqueda de la felicidad. Es quizás la crueldad, la inhumanidad lo que todavía me sorprende, me hace pensar en la cantidad de sufrimiento que nos infligimos, pero nunca he conseguido unir sufrimiento y vida, menos aún con Vida.
          Es quizás lo que menos he entendido. “El por qué, Shakyamuni, dijo que: “La Vida entraña sufrimiento”.
          Él no conocía el sufrimiento, en su vivir solamente la felicidad era permitida a su alrededor. Es quizás el ser tan feliz, lo que le hace sentir tan profundamente el sufrimiento que se vive en la realidad de la dualidad. Cuando solamente podemos crear la felicidad por medio del sufrimiento.
          Podríamos dejar atrás el sufrimiento olvidando la felicidad solamente. Simple y fácil, si nos dedicamos a vivir desde la aceptación desaparecería el sufrimiento, pero no podríamos saber de la felicidad. Si en lugar de vivir, simplemente manifestásemos la Vida que somos, desaparecería el Sufrimiento, tampoco nacería la Felicidad, la Vida en Sí Misma, “Es Felicidad y Es Sufrimiento”, pero no hay nada que pueda vivir ninguno de los dos, por lo que no hay nada que sufra ni en lo que pueda manifestarse la felicidad.
          Probablemente Shakyamuni encontró, que cuanto más intensamente buscaba la Felicidad, mayor era el sufrimiento que tenía que infligirse, que aguantar. Pero hay que producir suficiente tensión, necesidad, deseo, convicción, esfuerzo, tratando de encontrar algo, para que al encontrarlo no exista quien lo encuentra.
          Buscando el por qué del Sufrimiento, Shakyamuni lo encontró cuando no quedaba Shakyamuni, cuando el Sufrimiento se unió a Felicidad, quedando solamente: “Vida, Buda”. Que son la Naturaleza de Felicidad.
          Todavía seguimos el camino contrario de Buda, buscando la Felicidad, solamente creamos sufrimiento. Buscando la paz, guerras; buscando el amor, indiferencia, envidias, iras, odio; buscando el bienestar, miseria, hambre; buscando la humanidad, ambiciones, terrorismo, separaciones, incomprensión, separación.
          Shakyamuni, tras comprobar que si buscas una, encuentras y creas el otro, aceptó que no era la manera de encontrar los por qué del sufrimiento sumergiéndose en él. Aceptó el cuenco de leche de la muchacha, y se sentó bajo el Árbol de la Vida, decidido a que solamente se levántase su Vacío, su Nada, o permitir que su cuerpo alimentase el Árbol.
          Sentado en Meditación, perdió su cuerpo, perdió a Shakyamuni, levantándose Buda, en el Cuerpo de Buda, en el Árbol de la Vida. Porque cuando dejó de buscar el por qué del Sufrimiento, encontró el por qué de la Felicidad. El Camino Medio, sin orillas, sin ambas la del Sufrimiento o la de la Felicidad, para unirse en el Camino de Buda, que aúna, que Es ambos.
          El Camino Óctuple que lleva a la salida del sufrimiento, es simplemente la Corrección, vivir correctamente, siendo en cada momento lo que eres, lo que estás siendo: Vida.
          No podemos encontrar la Felicidad, porque el lienzo está en blanco. Pintar algo significa ensuciarlo. Pero el Lienzo de la Vida, sigue siendo Blanco, con todo cuanto hay pintado. Siendo la Vida Felicidad en su Naturaleza, cuando alguien que ya es Vida, la busca, solamente puede buscarla siendo Sufrimiento.
          Que la Felicidad se manifieste, no es porque se pueda crear, sino porque mostraremos Correctamente lo que Somos, Vida Naturaleza de Felicidad.


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