En inglés
cuando se escribe del Zen, se habla de: “Zen’s
Mind”, la mente del Zen. Al igual que en mi
nombre, Yui Shin, el termino mente, es sustancialmente diferente a lo que se
entiende por mente en español, al menos en mi percepción al leer en inglés o
las explicaciones y lecturas sobre Zen en el que aparece el término “Yui Shin”.
Así como el kanji con el que es escrito, que significa también corazón, en su
sentido más amplio y no como órgano.
El Zen como
se conoce hoy día, comienza según muchos escritores, en la percepción de
Nagarjuna, de lo que eran las enseñanzas o explicaciones de la experiencia
vivida por Shakyamuni.
Fuera de lo
que es budismo, su percepción y base de lo que cambió, es la seguridad profunda
de que: “Cualquier definición o percepción de algo, no representa lo que es su
esencia o Naturaleza. Al mismo tiempo que no es posible decir que no lo es”.
En Zen,
significando que cuanto son las explicaciones, enseñanzas u percepciones de los
Maestros: “No son, ni significan la realidad o Verdad Zen. Que sus enseñanzas,
los mismos Sutras o enseñanzas de Buda, incluso aquello que podamos entender o
percibir como Zen, no pudiendo decir que no lo es, no tiene nada que ver con
Zen".
Que siendo
Zen, la práctica y absorción de nuestro ser, en la práctica de la Meditación,
que habiendo alcanzado su Iluminación el mismo Shakyamuni por medio de la
Meditación bajo el árbol Bodhi, realizando que todo cuanto tiene existencia o
carece de ella, es Buda. La Meditación no tiene que ver, ni es Zen en sí misma,
que no hay Meditación que pueda acercarnos al Zen, a la Iluminación, a la
Realización de nuestra Naturaleza de Buda.
Es por ello
que el mismo Shakyamuni establece y especialmente Nagarjuna explica, la
Naturaleza del Vacío inherente a todo, lo que existe y aquello que no tiene
existencia, son Vacío en sí mismos, sin ego y sin substancia que les infiera un
algo que pueda ser diferenciado en su individualidad independiente. Siendo, que el Todo, que el mismo Buda, son solamente Naturaleza de Vacío.
Es en este
Vacío, donde no pudiendo existir nada que pueda ser percibido por una
individualidad separada de Él, en el que no puede existir ni tan siquiera una
Mente o una Naturaleza de Buda que pueda ser alcanzada, por lo que no habiendo nada
que alcanzar, ni nada que pueda tan siquiera desearlo, incluso el mismo Zen
desaparecería.
Así Shariputra, en el vacío no hay forma, ni sensaciones, ni
percepciones, ni impulsos, ni consciencia; no hay ojo, oído, nariz, lengua,
cuerpo ni mente; no hay formas, sonidos, olores, sabores, tactos, ni objetos
mentales; no hay consciencia de los sentidos.
No hay ignorancia ni extinción de ella. Ni hay todo lo que procede
de la ignorancia; ni vejez, ni muerte, ni extinción de la vejez y la muerte.
No hay sufrimiento, ni su
causa, ni su cese, ni sendero de liberación. No hay conocimiento, ni logros, ni
falta de ellos.
¿Dónde queda
la Iluminación de Shakyamuni?, en el Vacío no hay sufrimiento, ¿Cómo puede
encontrarse su origen y su extinción?, En el Vacío no hay ni tan siquiera un
Siddharta o un reino donde pueda ser príncipe, ¿Quién podría sentarse a
meditar?.
He perdido
años viajando tratando de encontrar algo. Horas, días, años de meditaciones
interminables, piernas doloridas, espalda incapaz de mantenerse derecha,
intentando encontrar algo, a mí mismo, a mi Ser, mi Naturaleza de Buda. ¡¡¡Cuánto
tiempo perdido!!!!, solamente ha servido para cansarme de buscar, para darme
por vencido en mi búsqueda.
Finalmente he
comprendido que no puedo salir de Aquí, que no puedo ser algo diferente a lo
que estoy siendo, que ser lo que soy me impedirá siempre ser algo, porque soy
aquello que no puedo percibir, soy simplemente el Vacío, donde no puede existir
algo a lo que pueda llamar: “yo”.
A veces hay que perder el tiempo, hasta que no nos queda más, para darnos cuenta
de la Infinitud del Vacío. Pero todavía hay que perder, que seguir perdiendo,
ese yo que percibe el Vacío, que sabe que es Zen, que se ha Iluminado, porque
Zen es Ser la propia Naturaleza del Vacío: “En el vacío no hay forma, ni sensaciones, ni percepciones, ni
impulsos, ni consciencia; no hay ojo, oído, nariz, lengua, cuerpo ni mente; no
hay formas, sonidos, olores, sabores, tactos, ni objetos mentales; no hay
consciencia de los sentidos.
No hay ignorancia ni extinción de ella. Ni hay todo lo que procede
de la ignorancia; ni vejez, ni muerte, ni extinción de la vejez y la muerte.
No hay sufrimiento, ni su causa, ni su cese, ni sendero de
liberación. No hay conocimiento, ni logros, ni falta de ellos.
Espíritu
Zen.
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