No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

miércoles, 26 de abril de 2017

PARA ENTENDER

        Quizás, la forma más simple de entender lo que nos comunican, no sea lo mucho que sabemos, sino el no tener opinión, ni posicionamiento. De esta manera, siempre podremos situarnos cerca de la posición de quien nos está hablando.
        Hemos creado un gran número de filosofías y sus variantes, de religiones y sus sectas, de enseñanzas que nos digan lo que cada cosa es, lo que las situaciones significan y cuál es la mejor manera de convivir. Por nuestra parte lo que hacemos generalmente es: o no pensar o ir en dirección contraria, para ver qué pasa.
        Pero lo curioso es, que la mayoría de las teorías tratan de plasmar en nuestra convivencia, lo que hemos ido observando en la relación Universal, según nuestra capacidad de observación.
        Hablamos de fluir, llegar al interior, de que todo se ayuda, de que hay un solo Universo, una sola Vida, pero en las conclusiones siempre cometemos el mismo error, nos sigue quedando el verso suelto: “El observador”.
        Es la razón por la que incluso cuando hablamos de Uno, decimos que tenemos que unirnos, sin darnos cuenta que es porque estamos mirando desde fuera. Esa es la principal razón de mirar en el interior, siendo Todo Uno, el interior de ese Uno es nuestro exterior, pues somos lo único que existe fuera de Él.
        Este es principalmente el mayor problema para entender las religiones, pues leemos los libros sagrados y decimos que el Dios del Libro, Es Todo, pero un Todo que queremos: “Encontrar, percibir, conocer, entender, alcanzar, unirnos a Él, …,”, olvidando que no hay nada en un todo, que pueda conocer o percibir al Todo.
        Si miramos lo que decía Jesús, de que: “El Padre y yo somos Uno”, veríamos la necesidad que tenía de morir, pues era algo imprescindible. Tuvo que morir, entregar cuanto era al Padre, crucificar su yo, para que quedase el del Uno, que era Padre de nadie, que no podía ser Padre, al no haber hijos en el Uno.
        Pero al leerlo, seguimos dejando al observador fuera. Dice San Pablo que: “Ser Cristianos es ser Uno en Cristo”, al igual que Jesús tuvo que entregar su yo, su ego, su individualidad para ser Uno, nosotros tenemos que entregar nuestro yo en la cruz, crucificar y aniquilar nuestro ego para ser Uno. No es Jesús quien tiene que morir en la cruz, cada ahora para salvarnos, no es alguien externo quien nos puede llevar al Uno, sino el abandono, la extinción de nuestro yo, del observador, del que quiere conocer, encontrar o entender al Todo.
        Este cambio es necesario para entender lo que hablamos, lo que decimos, lo que consideramos nuestros valores humanos, porque si creemos que podemos existir dentro o fuera, unirnos, que tenemos dos aspectos confrontados, que podemos prescindir de una mitad, es que todavía no sabemos el significado de las palabras Todo y Uno, en nuestro idioma.
        Nos es difícil entender las religiones, conocer a Dios, encontrarle, pero no se puede desde una posición propia, desde una opinión confrontada con otra y que cierra nuestro entendimiento. Es necesario no tener opinión, no tener posicionamiento, pues mientras lo tengamos, seremos el observador del Todo, del Uno, el verso suelto y perdido, que buscará eternamente su poema.


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