No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

sábado, 3 de junio de 2017

SIN PERDÓN

          Publica Armonía una frase simple y concisa, podría haber sido pronunciada por Shakyamuni, pero lo que me alegra es lo fidedigno de su traducción.
          La frase es tan simple: “Que nos gusta a casi todos, no tiene nada que opinar, ni que comentar”. Es por ello que la comenté y escribo sobre ella.
          La frase es: “El perdón llega, cuando reconoces que no hubo nada que perdonar, sino algo que aprender”. El comentario: “Es un pensamiento complicado, de lo sencillo que es. Reconocer que no había nada que perdonar, es no tener que perdonar. Comprenderlo es no volver a sentirse ofendido. Al no ser ofendido, cuanto sucede es para aprender.
Shakyamuni no podía ser ofendido, sin yo, sin tú, no hay posibilidad de ofensa, por lo que no podía perdonar, al no ser ofendido.
El perdón es algo que no podemos dar, más allá de perdonarnos, por habernos sentido ofendidos, por el mal momento de otra persona.
Pero es algo que debemos pedir, porque es lo que hagamos con lo que estamos recibiendo, lo que creará el futuro ahora. Sintiendo la gratitud hacia la Vida que nos ofrece cuanto hay”.
          Es una frase que me parece típicamente budista. Hay que llegar a la meta, para realmente saber que nunca has ido, ni llegado, a meta alguna. Si miramos o pensamos, que según Shakyamuni, no existe algo llamado ego y por tanto no hay un yo que pueda hacer, ir, llegar o conseguir, podemos tener la intención de quedarnos parados. Es quizás por ello que añade: “Sino algo que aprender”.
          Como podemos ver, no dice quién o qué es lo que aprende, obviamente el que aprende es el Conocimiento, que tampoco sabemos lo que es, porque como no tenemos yo, algo que no impide que lo busquemos por ahí fuera como locos, tratando de verlo y conocerlo, que es como tener mucha sed y mirar el cuadro de un río, un grifo o un vaso de agua, que por mucho que le miremos, no nos sirve, ni resuelve nuestras necesidades.
          Quien reconoce que no tiene nada que perdonar, es porque nunca se sintió ofendido. Quien nunca es ofendido, ha llegado a carecer de yo, que pueda recibir la ofensa. Quien no puede ser ofendido, no tiene nada que perdonar, luego al no tener que perdonar, cuando abandonamos el ego, podemos vivir sin perdón.
          Pero aprender, es llenarnos de algo, conocimiento o sabiduría, para lo que tenemos que mantenernos vacíos, que es una de las características del Perdón. Pero solamente podemos perdonar en el Ahora, cuando no puede suceder nada, ni tan siquiera la acción de perdonar.
          Es por nuestra entrega a la Vida al Universo, por lo que el Amor es manifestado. Es pidiendo disculpas o perdón, por lo que hemos creado con cuanto hemos recibido, que es lo que entregamos a la creatividad del resto del Universo, donde manifestamos nuestra humildad. Pero la existencia de las individualidades en el Ahora tiene la Naturaleza del Perdón, en la que todo es perdonado por no haber nada que perdonar, esto es lo que lo hace budista, “Todo es Buda, porque Buda no existe”.
          Si hacemos una foto enorme, con fotos pequeñas. Desde una distancia veremos solamente la foto grande. Si nos acercamos llegaremos a ver las pequeñas poco nítidas, al igual que la grande. Si nos seguimos acercando, veremos las pequeñas pero no la grande. Más cerca solamente veremos una pequeña, dejando de ver lo demás. Si nos adentramos en la foto, veremos píxeles sin ver la foto.
          Pero si quitamos el yo, no desaparecen los píxeles, ni las fotos pequeñas, ni la grande. Al mismo tiempo sin nada que las vea, todo habrá desaparecido.
          Tener que perdonar, exige la existencia del ego ofendido. Saber que no hay nada por lo que perdonar, necesita de un yo concienciado de su integración. Ese mismo yo muestra su amor, pidiendo disculpas o perdón a la Vida, al Universo por lo que está creando, en el Ahora del no-hacer, del no-yo, en un Ahora que no hay ofensa, que no hay perdón, que simplemente nos perdonamos por lo que hacemos, gracias al Amor.
          Perdonarnos a nosotros mismos, es vivir sin Perdón.


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