No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

Si tenéis que pagar para entrar en la página, no es la original. Como digo a la derecha es Gratuita y sin publicidad.
Yui Shin

domingo, 9 de julio de 2017

SIN RESPUESTA

          Todas nuestras búsquedas en Zen se limitan a tratar de encontrar la pregunta vital de: ¿Quién soy?, sería en apariencia algo fácil de responder, pero desafortunadamente, somos el Único que no puede contestar a la pregunta, pues sin importar la respuesta, ésta estaría equivocada.
          Cualquier respuesta, incluso estando implícita no contendría la pregunta, quedando separadas las dos mitades, que quedarían encerradas en la caja del “observador”. La Unidad de las dos mitades de la dualidad, observadas por la Consciencia.
          Una Maestro Zen decía que: “Si no tienes cayado te daré uno, si no tienes te lo quitaré”. Pensamos que es el cayado el protagonista, pero es "el tener" donde caemos en la dualidad, tener o no es intrascendente, si tenemos es porque nos lo ha dado, no tener lo que somos es porque alguien nos lo quitó.
          Si podemos saber lo que somos, es por no serlo, pues solamente podemos ser conscientes de lo que no somos, por haberlo sido o por estar separados de ello. Separación de individualidad o en el tiempo, separación al fin y al cabo de las dos mitades, del Yin y del Yang.
Rinzai (Lin-chi) pronunció una vez un sermón, diciendo: "Sobre una masa de carne rojiza se sienta allí un hombre verdadero que no tiene título; todo el tiempo él entra y sale de sus órganos sensorios. Si no habéis testificado todavía el hecho, ¡mirad! ¡mirad!" Se adelantó un monje y preguntó: "¿Quién es este hombre verdadero, carente de título?" Rinzai descendió directamente de su silla de paja y aferrando al monje, exclamó: "¡Habla! ¡Habla!" El monje permaneció irresoluto, sin saber qué decir; entonces el maestro, dejándolo marchar, observó: "¡Qué materia sin valor es este hombre verdadero carente de título!" Luego Rinzai se encaminó de vuelta a su cuarto.
          No podemos saber o contestar a lo que somos, pero no es la falta de palabras o manifestar lo que somos, lo que responde a las preguntas o concepto de lo que somos. Es la dualidad la que manifiesta y dice lo que somos, el hombre verdadero que somos llamado Zen, pero no hay nada fuera de Él que pueda darle título o llamarle. Pero si no damos respuesta a lo que somos, seremos un algo carente de Vida, de Zen. Un Vacío lleno de nada, o lo que es peor aún: “Un Vacío que es vacío, por no contener nada”. "¡Qué materia sin valor es este hombre verdadero carente de título!"
          Es en los koan donde pensamos que está la esencia del Zen, pero es en su entendimiento donde lo está, porque siendo que no hay nada que entender, que no es la respuesta lo que se busca, las personas que dicen que no hay nada que entender en los koan, no han entrado en el camino del Zen.
Un monje le preguntó a Bokuju (Mu-chou), que vivió en la segunda mitad del siglo IX: "Tenemos que vestirnos y comer todos los días; ¿cómo eludiremos todo eso?" El maestro replicó: "Nos vestimos, comemos.", Insistió el monje: "No te entiendo". "Si no entiendes, ponte tu ropa y come tu comida."
          Es cuando pensamos que el Absoluto, carece de Dualidad, cuando pensamos que no podemos existir si no es siendo Uno con Buda, cuando perdemos la visión de la Luna, pero no se soluciona viendo el dedo, ni tan siquiera percibiendo los dos. Sigue sobrando el yo que se viste y come, consciente del tiempo y de las repeticiones de los diferentes ahora, el que finalmente tiene que vestir “sus” ropas y comer “su” comida, inmerso en el yo de la separación.
          A Veces perdidos en lo Absoluto separado de la Dualidad, de que incluso en su Absolutez solamente pueda contener dos mitades, cuando solamente vemos la incongruencia del koan.
En una ocasión, Ummon, citando a un antiguo filósofo budista que dijo: "Golpea el vacío del espacio y oirás una voz; golpea un pedazo de madera y no hay sonido", blandió su cayado y, golpeando el espacio, gritó: "¡Oh, cómo hiere!" Luego, golpeando la mesa, preguntó: "¿Algún ruido?" Un monje respondió: "Sí, hay ruido." Entonces el maestro exclamó: "¡Oh ignorantes!"
          Recordando una vida pasada el monje recuerda un ruido, estando inmerso en el Silencio. Pero es cuando las dos mitades se unen, cuando suena el sonido de la Vida, el sonido que no puede ser escuchado, producido por la unión de la “Única Mano”: El Silencio, la Manifestación de la Vida.
          ¿Quién soy”, algo que nadie puede preguntar, cuya respuesta es lo que estamos siendo, que es la pregunta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario