“Ser uno
con el Tao, Ser Tao”, “Ser Buda”, “Ser uno en Cristo”, “Ser uno con tu Dios”, “Calzar
las zapatillas del prójimo, de los demás”.
Hacía el
otro día un comentario en uno de los posts de Lucía:
“Quien siembra vientos".
A veces mi interpretación no es el castigo de Dios, o que alguien vendrá que te dará lo mismo, sino la cosecha de lo sembrado.
Sin juicio, sin discriminación, sin premio o castigo.
Pero que la gente que busca la Humanidad, piense que no importa cuánto tiempo pase o a la galaxia que lleguemos, siempre encontraremos la misma miseria de gentuza, que si alguien más evolucionado viene, vendrá a conquistarnos, destruirnos o programarnos para ser mejores.
¿Qué poca fe, qué miseria de esperanza?, tener que amenazarnos con las consecuencias de nuestros actos, para que hagamos lo correcto por miedo a nuestra creación, por egoísmo.
A veces mirando nuestras expectativas, dan ganas de deprimirse.
A veces mi interpretación no es el castigo de Dios, o que alguien vendrá que te dará lo mismo, sino la cosecha de lo sembrado.
Sin juicio, sin discriminación, sin premio o castigo.
Pero que la gente que busca la Humanidad, piense que no importa cuánto tiempo pase o a la galaxia que lleguemos, siempre encontraremos la misma miseria de gentuza, que si alguien más evolucionado viene, vendrá a conquistarnos, destruirnos o programarnos para ser mejores.
¿Qué poca fe, qué miseria de esperanza?, tener que amenazarnos con las consecuencias de nuestros actos, para que hagamos lo correcto por miedo a nuestra creación, por egoísmo.
A veces mirando nuestras expectativas, dan ganas de deprimirse.
Ser Uno
con algo, Ser algo: “Que lo que somos olvide la separación con el resto del
Universo siendo Uno, perdiendo el ego la percepción de un yo separado del
resto, dejar de discriminar viendo la separación, las diferencias, de las
individualidades que percibimos.
Hacerlo no
es la aniquilación de la Individualidad, de la Dualidad, de la Infinitud de
formas, de la Uniqueidad de cada Individualidad.
Ser Todo,
implica ser el Creador de lo que se manifiesta, no de una parte considerada
buena o que nos interesa, que estamos de acuerdo o nos parece digna de nuestra
grandeza, que hemos decidido acoger por ser merecedora de nuestra aprobación.
Cuando llueve,
la humedad de cada gota de lluvia llega a cada confín del Universo. Es lo mismo
que hace nuestra miseria como seres, nuestra falta de humanidad. Miramos nuestros
actos que parecen humanos, que los miramos y pueden ser clasificados como
humanos, pero es precisamente la humanidad que vemos en nuestra manifestación, la que nos recuerda que tenemos que estar fuera para verlo.
Somos incapaces
de aceptar que nuestra intencionalidad, también pervade (resulta que es inglés,
impregna) las expectativas que tenemos de civilizaciones de fuera de la
considerada nuestra galaxia, con la misma falta de humanidad, llenos de inseguridad
y falta de principios con la que nosotros vivimos. Miramos en el espejo, viendo
solamente nuestra imagen, confundiéndola con lo que somos. Olvidando que es el
Universo el espejo donde miramos lo que somos, viendo el reflejo, sin ver el
espejo que siendo nuestra creación, manifiesta lo que somos más allá de las
apariencias de un reflejo.
Dice el
Hokyo Zammai, que “En el blanco reflejo de la luna o de la nieve, la garza no puede
diferenciarse al ser también de color blanco, que parecen ser una misma cosa,
pero son diferentes cuando nos acercamos y vemos la realidad con claridad”. “Es
como estar ante el espejo precioso: forma y reflejo se observan; tú no eres el
reflejo, pero el reflejo es tú”. No somos
ese reflejo que vemos separado del espejo, la visión de un ego discriminado y
vemos como la Creación de un Dios externo o interno, al que tenemos que volver
o unirnos, por ver o percibir separados.
Ser el
espejo, es aceptar la manifestación de la imagen, siendo los Creadores, los
responsables de cómo es manifestada, en la seguridad que somos los que podemos
manifestar la imagen que deseemos, porque no existirá una imagen que no sea
espejo.
Como decimos
en nuestros Conceptos, en las explicaciones de lo que somos por medio de los
libros sagrados, por medio de las experiencias de los Maestros.
Pero hay
que calzar las alpargatas del Universo, dejando de manifestarnos desde el ego. Hay
que Ser Buda, olvidando la discriminación que nace de la falta de amor y la
separación. Hay que Ser Dios, manifestándonos como el Vacío de Toda Existencia.
Ser Uno en Cristo, para ser la Cruz, sin que se manifieste algo que pueda ser
crucificado.
No es que
desaparezca nada, incluso conservaremos la Individualidad, pero no podremos ser
Uno, por no manifestarse la separación.
Por eso el
abandono del ego, no es nuestra desaparición, sino ser lo que somos.
Creemos que
ser uno con algo es perder nuestra individualidad, pero ningún miembro de la
docena deja de existir por ser docena. Es la docena la que se extingue cuando
falta uno de ellos.
La Humanidad,
tampoco puede existir si falta una mota de polvo cósmico en ella. Encontrarla no
depende de la búsqueda, sino del olvido, de ser algo separado de ella.
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