No pretendo molestaros

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Yui Shin

jueves, 10 de agosto de 2017

DESPERTARES


          Un día al despertar, Mister Wu se preguntaba: “Si era M.Wu que había soñado que era una mariposa, o sería una mariposa soñando que era M.Wu”
          Un día estaba sentado Shakyamuni, y en su Despertar se levantó Buda.
          Un día subieron a Jesús a una cruz, donde nació Cristo, de donde al despertar al Espíritu, bajó como Dios.
          Nos hablan tanto del Despertar, de la Iluminación, que olvidamos que tiene que estar Todo, para que realmente sea Dios. Que para ser Todo, tiene que estar cada cosa, cada algo, cada nada.
          A veces escuchando o leyendo las historias, las fábulas, los ejemplos, no somos capaces de escribir la segunda parte, el final de lo leído, que es lo que debemos aportar a lo que alguien nos ha entregado.
          “Un día, al mismo tiempo que M. Wu despertaba, lo hacía en su mundo una mariposa, que se preguntaba: “Si sería una mariposa que había soñado ser M. Wu, o sería M. Wu soñando que era una mariposa”.
          “Un día, al despertar Buda, nació como Shakyamuni”.
          “Un día, Dios se subió a una cruz, y al despertar a la manifestación, bajó como Jesús”.
          En un Todo, es el mismo quien duerme y quien despierta, quien sueña y quien está en vela. Para Él, todo es real, todo es verdad, todo es sueño, todo es ilusión.
          Con un pie en cada orilla, Es, cuanto hay en el medio, sin posibilidad de dentro o fuera.
          Cuando sabemos que estamos soñando, cuando somos conscientes de ello, no nos asusta lo que estamos viviendo por peligroso que sea. Lo que no evita que nos muramos de miedo en el sueño.
          Si soñamos a menudo, con sufrimientos, peligros, o algo que nos quite la tranquilidad, no importa cuán conscientes seamos del sueño, tarde o temprano afectará nuestra vida en la vigilia.
          Miramos el sueño de vivir, como lo hacemos en el de nuestro descanso. Un cuerpo cansado se acuesta, sueña con cosas que son irreales al despertar del cuerpo. Olvidamos que M. Wu se pregunta no quién es, sino cuál es el que está soñando.
          La realidad es que ambos están soñando y despiertos, pues M. Wu es el mismo estando durmiendo, soñando o despierto. A veces mariposa, a veces sueño, a veces M. Wu, a veces vivo, a veces muerto. Pero sin poder dejar de ser él mismo.
          Todo cuanto percibimos o somos conscientes de ello, pertenece al mundo del sueño, que no significa irreal en este caso, sino incompleto, que es solamente una parte de lo que somos, del Todo.
          Cuando los Maestros nos explican una experiencia personal, lo tienen que hacer con ejemplos, con palabras, acciones o signos. Pero es imposible transmitirnos aquello que no entendamos en el Silencio, en la propia experiencia, en nuestro propio Ser Silencio.
          Las explicaciones nos dan la consciencia o el conocimiento de lo que ellos experimentaron, pero solamente en el plano de la dualidad: “Maestro-discípulo, relato-escucha, vivido-aprendido, solamente un relato tratando de paliar el hambre de conocimiento, una carta de menú para un hambriento”.
          En el Todo, no hay Vida opuesta al Sueño, ni Verdad, Real a Sueño o Irreal.

          Decía Calderón que: “La Vida es Sueño”, “Que los sueños, sueños son”. Pero la Vida es Vida y Sueño, el Sueño sin dejar de ser sueño, solamente puede ser Vida.


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