No pretendo molestaros

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Yui Shin

jueves, 10 de agosto de 2017

MI ÚLTIMO POEMA


          No recuerdo cuántos, de los aproximadamente catorce años que pasé en Japón habían transcurrido, lo que sí recuerdo es que en la batalla con mi Maestro, había perdido algunos de: mis ideales, conceptos, ilusiones y posesiones amadas defendidas con ahínco.
          Lo que si sé, es que en los pequeños huecos que había dejado y logrado realizar con esfuerzo mi Maestro, a veces se asomaba la suave luz de la Vida, por lo que estaré eternamente agradecido a su esfuerzo y dedicación.
          Un día nos estaba hablando de Ryōkan, un monje japonés que vivía en una pequeña ermita de unos ocho metros cuadrados, en la que la lluvia y el viento paseaban a través de su tejado y paredes, entrando al interior por los innumerables agujeros que el tiempo había dibujado en ellos. Un día al regresar, encontró que alguien se había llevado todo cuanto en ella había: colchoneta, una muda de ropa, el poco arroz que los lugareños le habían dado y poco más.
          Su reacción me impactó enormemente, en un principio sin poder entender yo exactamente por qué, “simplemente escribió un Haiku, y en él con la brevedad que ello conlleva, todo un tratado de vida”.
“El ladrón no se llevó, la luna en la ventana”.
          La luna llena, símbolo de la Mente Pura, no había podido ser tocada, nadie la puede robar; al contrario de lo que creemos poseer que sí puede serlo, las cosas verdaderamente reales no nos las pueden robar. Lo que somos, es nuestra mayor realidad, mejor dicho, lo que verdaderamente Somos, que es precisamente lo que nunca nos interesa. Como dijo el Buda, esa ignorancia es el origen del sufrimiento.
          En Junio del 96, escribía mi último poema, desde entonces, he pensado algunos que no han sido escritos, otros han sido dados sin conservar copia. De alguna manera mi sensación al terminarlo fue, de haber llegado a una conclusión que me proporcionaba trabajo para el resto de esta vida.
(21 - VI - 96)
¡Qué alegría me produce!,
el canto de los pájaros.
Melancolía y tristeza,
canto de pájaros.
          Soñamos, luchamos, deseamos, ambicionamos, juramos, que con la posesión de lo que queremos porque nos hace falta, seremos felices. Que solamente necesitamos eso, que nuestra felicidad está producida y sustentada por ……
          Todo sigue estando a nuestro servicio, la Vida nos proporciona y Es, todo cuanto nosotros estamos creando. Y seguimos estando, llenos de melancolía por lo que no somos capaces de ver, en la convicción equivocada que el no ver significa no existir, sin creer que no nos hace falta poseer nada, porque nada puede ser poseído, porque ya somos ese Vacío que acoge Todo sin poseerlo.
          Espero ser algún día la seguridad de la conclusión, de este, “Mi Último Poema”.
          “Porque los pájaros, continuarán cantando eternamente”, no importa si los escucho, si vivo la alegría, la tristeza o la melancolía: “Los pájaros, continuarán cantando eternamente”.

Escrito anteriormente el 9-3-14, y ligeramente modificado.



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