Qué mejor que celebrar la muerte del Hijo de Dios en verano, con los cuerpos al sol, en el tiempo de libertad, cuando olvidamos lo que somos, para disfrutar del olvido, de dejar de pensar por un tiempo: ¿Qué es lo que somos?.
Publicado anteriormente en 2014, un 17 de marzo.
Como cada
año conmemoramos la pasión de Jesús. A lo largo de estos siglos hemos
conseguido, grandes adelantos en casi todas las ciencias y artes. Las cotas que
estamos alcanzando nos llenan de orgullo, tenemos leyes que nos protegen para
que el mal sea erradicado, las fronteras están claramente delimitadas y son
respetadas, la pobreza ha sido erradicada de la política, como decía, estamos
henchidos de orgullo.
¿Cuál es
nuestra celebración de la muerte del Inocente?.
Crucificamos: la humanidad que quedaba en nosotros; a la tierra en sus sólidos, líquidos y gases; a la sociedad, sumida en: falta de valores, indignidad, pobreza, guerras, ambiciones, dirigentes y poderes que luchan por la apropiación exagerada de poder y bienes; una enseñanza que nos encamina más al seguidismo que al conocimiento; vivimos en una tierra que hemos enfermado, con una sociedad que hemos construido sin valores, enferma de falta de autoestima, libertad verdadera y el entendimiento de ella, que lucha por los valores que le han sido inculcados, sin conocer los que les dan dignidad y nos llevan a la Humanización.
Crucificamos: la humanidad que quedaba en nosotros; a la tierra en sus sólidos, líquidos y gases; a la sociedad, sumida en: falta de valores, indignidad, pobreza, guerras, ambiciones, dirigentes y poderes que luchan por la apropiación exagerada de poder y bienes; una enseñanza que nos encamina más al seguidismo que al conocimiento; vivimos en una tierra que hemos enfermado, con una sociedad que hemos construido sin valores, enferma de falta de autoestima, libertad verdadera y el entendimiento de ella, que lucha por los valores que le han sido inculcados, sin conocer los que les dan dignidad y nos llevan a la Humanización.
Miramos
alrededor y podemos darnos cuenta de que la celebración, es continúa durante
muchos años: guerras por ambiciones de unos pocos, dirimidas por gentes
adoctrinadas, incapaces de saber a quién se deben; políticos sustentados en el
poder por su ambición, trapicheos y mentiras, por gentes que piensan solamente
en sí mismos, o que piensan con el carnet y las mentiras que han oído;
regulaciones sociales, que se deben más al pensamiento de los dirigentes de, “cuantos
necesitamos para mantener nuestro estatus”, que preocupación por los derechos o
bienestar de la gente; envidias, rencores, odios, ambiciones, etc….
Dios tuvo
un Hijo llamado Creación, vivió felizmente en libertad y conocimiento dirigido
a la Sabiduría durante millones de años. Un día una pequeña célula, alcanzó tal
grado de conocimiento, que decidió competir con Dios, creándose la dualidad:
Universo-hombre, en su arrogancia él se llamó “humano”, y al Universo “el
resto”, por supuesto Dios no existe.
Viendo que
ni: El Diluvio, ni los cataclismos, ni los dinosaurios, conseguían destruir al
Hijo de Dios, hicieron un ensayo con Jesús, volviendo a fallar, pues resucitó
al tercer día. Con gran fortaleza, decisión, constancia y dedicación el hombre
sigue intentando crucificar al Hijo de Dios, a mí lo que me admira, es que si en
lugar de dedicar este esfuerzo a crucificarlo, lo hubiésemos dedicado a
conocerlo, estaríamos viviendo en una tierra sana, feliz, una sociedad
humanizada y sin guerras, donde seriamos todos ricos, o pobres, porque
tendríamos y nos conformaríamos con tener suficiente. Y lo que no puedo
callarme es, que sabríamos con total seguridad que no podemos matar al Hijo de
Dios, aún menos Crucificarlo, porque cuando Le conociéramos sabríamos que “¡realmente
no existe!”. Que Dios es TODO, que si pudiera y fuera posible la existencia de
un Hijo de Dios, el único candidato seriamos nosotros. Podríamos suicidarnos de
otra manera, pero clavarnos las dos manos en una cruz y luego ponerla de pie,
me parece “una fanfarronada de macho”. Y total, para luego no poder ni morirnos,
todo el mundo sabe que la Vida de Dios, la Existencia de Dios es ETERNA y que
como Es Todo ¿qué somos nosotros?.
La
pregunta no es difícil, deseo que te la contestes, al menos hasta donde yo he
podido, y mi alegría sería que más allá.
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