No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

jueves, 14 de septiembre de 2017

BUKKOKUJI

          Nací en un entorno cristiano y católico, siendo bautizado cuando era un bebé, creciendo en Semanas Santas de un pueblo andaluz y celebrando mi primera comunión en un Corpus Christi. Leía el catecismo casi para aprender a leer, en una especie de guardería y me enseñaron que solamente había una religión verdadera que era la nuestra.
          En Madrid seguí, yendo a misa, estudiando religión, incluso pertenecí a Acción Católica. Llegado el momento, comencé a saber sobre las diferentes falsas religiones, poco, porque nunca estuve realmente interesado en ello, pero simplemente con la convivencia, se aprende sobre otras personas y costumbres.
          Lo que aprendí, fue que: Había un Dios, que era el que nos decía cómo teníamos que vivir, que si no hacíamos lo que nos era enseñado por sus mensajeros, seríamos castigados, y si éramos obedientes y cumplíamos con sus reglas seriamos premiados. Nosotros como hijos de este Dios, éramos la cumbre de la pirámide, y todo lo demás era: para nuestro uso, distracción y de adorno. Los que al final seriamos salvados o condenados eternamente, según la puntuación que obtuviésemos con relación a las reglas de comportamiento.
          Nunca lo llegué a entender, porque si vives eternamente en el infierno, ¿Por qué ibas a sufrir si no conocías otra cosa?, vamos que sería una vida normal.
          En el cielo tendríamos todo lo que deseásemos, pero en ese caso pienso que no tendríamos deseos, ¿Qué puede desear quien tiene de todo?.
          Luego me contaron que se podían tener muchas parejas, todas jóvenes y que te gustasen. En estos días me han contado, que al llegar te dan una “Tablet” con un programa que en “El Cielo VIP”, te permite seleccionar incluso un ojo de cada color, además el que quieras; las piernas diferentes y de colores; puedes elegir las piernas de un modelo, las rodillas de otro, incluso, un cuerpo de un modelo con el tipo de piel de otro. Puedes cambiarlas tanto como quieras y en el número que te apetezca.
          En “el Cielo de 1ª”, te dan las opciones menos detalladas y solo por partes de modelos completas, puedes tener hasta 100 parejas y puedes cambiar una todos los años, y a todas a la vez cada 100 años. Luego en “el Cielo normal”, te dan 20 a elegir el primer día, y puedes cambiar una, cada 100 años. Lo demás solamente tienes que pensarlo, pues los deseos están mal vistos.
          En otras explicaciones, podría generalizarlas en que: Dios te castiga o premia, tiene un aspecto o no tiene forma, te tiene que salvar y dirigirte, porque nuestra imperfección no nos permite hacerlo por nosotros mismos, Él es el Creador y el que impone las reglas, y sus decisiones finales serán para toda la eternidad. Nosotros somos su ojito derecho, los únicos que tenemos alma salvable, los animales y demás vidas irán al cielo, pero para lo mismo que aquí, para ser mascotas y hacernos compañía o entretenernos, o para que paseemos en nuestros jardines. En el infierno no habrá nada de esto, pues no hay distracciones, ni nada que podamos amar.
          Con mi vida por estos derroteros, un día decidí irme a viajar por otros países y culturas. Tras unos años de dar vueltas, me llevaron a la “Tierra de Buda”, mejor dicho, a su templo.
          Nadie me preguntó por mi religión, al que preguntó si le tenía que cantar a Buda sin ser budista, se le dijo que podía hacer libremente lo que quisiera, mientras no molestase a los demás, ni las actividades propias del templo. Eras libre de pensar como quisieras, pertenecer y tener la filosofía o religión que quisieses y ni tan siquiera al ser ordenado monje, fui preguntado por mis creencias.
          Lo que si me dejaron claro es que: aunque Todo fuese Buda, que Él no castigaba ni premiaba mis acciones, porque además de ser Buda yo era también Libertad, y esa Libertad hacía que los logros de Shakyamuni, mi Maestro o de todos los Maestros, eran de cada uno de ellos y que para mí eran solamente indicaciones que me permitirían elegir y reconocer puntos del camino que yo tendría que recorrer íntegro, porque ni uno solamente de sus pasos, podría ser hollado por mis pies.
          Yo, por medio de mi práctica estaba creando no mi buda, sino a Buda, mi realidad, mi propia Seidad, porque lo que me sería indicado por los que lo habían conseguido, era simplemente el esfuerzo necesario, la dedicación necesaria, las indicaciones para poder reconocer errores, pero ni tan solo uno de mis cabellos sería cambiado del lugar donde yo lo hubiese llevado. Saber más allá de la Consciencia o Inconsciencia, de la Razón o la Sinrazón, de la Dualidad o Unidad, de la Verdad o la Mentira, que Todo es Uno, Ser esa Unidad sin perder tu individualidad, perder toda noción de Unión o Separación con el resto de la Vida, se llama Iluminación, Realización, Meditación (no como actividad, sino como Seidad).
          Por primera vez, mi libertad y mi eternidad no dependía de: “Seres de Luz, de Maestros Ascendidos o no, de Dios o dioses, de alguien que me salvase y me premiase o castigase, de que fuese una u otra expresión o energía de la Vida Única”. Mi eternidad dependía de lo que yo cree, de lo que yo construya, de mí. Por primera vez se me otorgó la libertad que todas las religiones me habían prometido, con ello tuve que aceptar la responsabilidad por lo que soy y manifiesto, tuve que ir al “Templo de la Tierra de Buda”, para olvidarme de las religiones y conocer la RELIGIÓN, la mía como me habían dicho, la nuestra, con mi Maestro, el Buda de Bukkokuji, “El Templo de la Tierra de Buda”.


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