A lo largo de la vida en la Tierra, ha
habido personas que han tenido una experiencia directa de la Unidad de la Vida,
de ese Ser Todo del Universo. Los ha habido en los aborígenes, en las tribus
prehistóricas, en las civilizaciones de las diferentes culturas, y a lo largo
del tiempo, hasta que hubo un momento en que se crearon las religiones
alrededor de esta experiencia o experiencias. Hoy día se llama religión,
espiritualidad o conexión con otros niveles de manifestación, vida, vibraciones
o energías.
Estas
personas que tuvieron la experiencia personal, podríamos llamarlos profetas o
de otras maneras, para mí lo importante es que su experiencia fue personal, las
explicaciones o enseñanzas posteriores o lo que se escribió más tarde sobre
ello, no quita, ni niega el hecho que podemos constatar de que la Vida es Una,
que el Universo es Uno, aun pudiendo estar formado por infinitos universos. Al
final todas las cosas se pueden unir en una, independientemente de si es por
ignorancia o por sabiduría.
Si todas
estas personas hubiesen bebido una infusión y nos hubiesen explicado y escrito
millones de libros cada uno acerca de su experiencia, seguiríamos igual de
perdidos acerca del tema, al no haber bebido nunca una infusión.
Podríamos
discutir, matarnos, hacer asambleas y argumentar sobre que infusión es: “Mejor, más natural,
tiene más beneficios, mejorará más nuestra vida, o es la verdadera Infusión”. Podríamos argumentar también acerca de quién de los
profetas ha: “Explicado más fehacientemente, escrito mejor, o documentado con
más veracidad su experiencia”.
Es tan
sencillo simplemente tomarse una Infusión, sentirse Uno con cuanto existe en el
Universo, en lugar de hablar y vivir de oído o de lo que nos han dicho.
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