Pienso, que la mayoría de nosotros
sabe o conoce acerca de las estatuas de los tres monos sabios. Incluso habremos
usado la expresión más conocida de nosotros acerca del significado o mensaje
que transmite esta talla: “Ver, oír y callar”.
Nuestra
interpretación generalizada de estas palabras es la de: no meterte en lo que no
es tuyo, pasar desapercibido, el deseo de ser bueno para todos, y sobre todo
que no se sepa, lo de hablar y criticar no hemos podido evitarlo.
Esta es la
interpretación generalizada en occidente, pero no en su origen oriental de
China, donde en parte estas tres palabras ayudaron en gran medida, al
desarrollo de la filosofía de convivencia y a mejorar la interpretación de las
filosofías del espíritu.
En
occidente en cambio, han contribuido a que la gente: no exprese sus opiniones,
pierda empatía pues guardará silencio y no habrá visto ni oído nada si le crea
problemas, huir de cualquier tipo de responsabilidad, porque lo importante es
no saber nada, no alinearse si hay que comprometerse, por lo que hemos visto y
oído lo que le interese al que mande y guardaremos silencio acerca de lo que
hemos vivido.
En China,
hay una leyenda de su origen y el por qué de su condición: Cuenta la leyenda,
que fueron enviados por los dioses como mensajeros, a fin de denunciar las
malas acciones cometidas por los humanos. Estos mensajeros venían con dos
virtudes y un defecto:
• El mono sordo, observaba las malas acciones,
comunicándoselas al mono ciego.
• El mono ciego, transmitía los mensajes que
recibía del mono sordo, al mono mudo.
• El mono mudo, velaba por el cumplimiento de las
penas impuestas por los dioses.
Los monos
al ser animales irracionales, cuando viven una situación, no ven, ni escuchan,
ni pronuncian, el aspecto negativo, simplemente viven el aspecto positivo o el
bien de las situaciones. Por eso probablemente son conocidos como “Los Monos
Sabios de la Irracionalidad”. Nosotros, los sabios humanos, somos racionales y
por lo tanto conscientes de que solamente los dioses y sus elegidos pueden
percibir el bien.
Por eso,
sin ningún esfuerzo hemos conseguido crear una sociedad en la cual:
difícilmente se puede vivir en la felicidad, confiar en quien te rodea, no
encontramos nada que tenga una utilidad aparte del beneficio que pueda
aportarnos, lo mejor es abusar de los demás antes de que ellos lo hagan con
nosotros, no hay que escuchar a nadie. Éstas y otras razones probablemente
debieron de ser, las que para explicar cómo deberíamos vivir fuesen elegidos
los monos, en lugar de los insuperables humanos.
No es la
negación del mal, sino no usarlo para que pueda mantenerse, desarrollarse o ser
el guía de nuestras vidas, lo importante del mensaje. Es importante no ver el
mal, pero no bastaría con ello, si no viésemos el bien, o supiésemos que se
puede crear bien desde el mal, cuando nuestra percepción de la Vida es la
correcta.
No oír el
mal, no significa que nos quedemos sumidos en la ignorancia o lo neguemos, sino
hacerlo desde la sabiduría. Es, saber que todo aquello que es escuchado desde
el corazón, puede ser utilizado para el crecimiento correcto de nuestro ser.
No decir
el mal, es utilizar el sonido de la voz para transmitir a los demás, lo que
nuestro interior percibe como más positivo para ellos. No son las palabras que
se usan, el tono, o la forma, sino desde dónde son pronunciadas y su
intencionalidad, lo que hace que su resultado sea para bien. Siendo incluso más
importante cómo son escuchadas
En el
Noble Camino Óctuple, no es lo que se hace, sino la corrección con la que se
hacen y la intencionalidad, lo que nos permite poder llegar más allá del
sufrimiento.
El cuarto
mono, no es diferente a los otros tres, usar la energía creativa de forma
equivocada o irreflexiva, nos alejará de su meta de amor, llevándonos al
sufrimiento.
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