Es una palabra usada con cierta frecuencia, hay muchas cosas y sentimientos a
los que llamamos genuinos. Hay personalidades, joyas, edificios, plantas, incluso
escritos y pensamientos a los que llamamos genuinos.
Mi
Maestro nos hablaba y no estoy seguro si no daría explicaciones en japonés, de
que necesitábamos experimentar la Meditación genuinamente, que la experiencia de Buda es simplemente experimentar
lo genuino, que su Naturaleza es Genuina, que lo que encontrábamos en nuestra
meditación no era genuino, era simplemente porque lo habíamos aportado a ella,
era que buscábamos algo en la Meditación.
En
los juicios, los abogados tratan de que los jurados no conozcan nada del caso,
para que no estén contaminados por los medios de comunicación o las opiniones
de otras personas, pudiendo así tener una opinión propia, genuina.
Nosotros en general, pensamos que nuestra opinión acerca de algo que hemos
estudiado, aprendido, experimentado o nos han enseñado, es genuina. Pero por
ejemplo podemos mirar alrededor en personas influyentes y que arrastran a las
masas, políticos y conferenciantes de ideas. Tenemos una gran mayoría, que no pasan
de ser simples grabadoras de lo que es su adoctrinamiento o lo que les han
enseñado, pasando a ser loros que le dan algo diferente a lo que dicen, pero no
tienen un conocimiento propio de lo que hablan. Hablan de Dios o de la
Religión, hablan de una igualdad con manual explicativo, que a lo máximo que
han llegado es a entender las palabras.
Cuando mi Maestro hablaba de lo Genuino, nunca pensé que era entender lo que
decía, experimentar lo que enseñaban los libros, incluso la narración de la experiencia
de Buda. Creemos que la experiencia genuina del sabor del café, es beberlo, que
experimentar a Buda es verle, sentirle, o tomarse un tazón de leche y pasar la
noche meditando para ver la estrella de la mañana
Los libros nos cuentan que, tras pasar Shakyamuni varios días meditando bajo un
árbol Bodhi, al amanecer, al contemplar la Estrella de la Mañana se Iluminó,
experimentó lo Genuino, la Verdad, se transformó en Buda.
Probablemente, es lo que nos lleva a entender como genuino que nos sentemos a
meditar, ver a Buda, percibirle o sentir que nos unimos a Él, y todo lo que nos
han contado, enseñado, explicado que es tener la misma experiencia que Buda
tuvo, la Iluminación.
Lo
genuino de Shakyamuni, no fue ver la estrella de la mañana, ni percibirla de
forma diferente, fue: “Ser Estrella de la Mañana”. Lo único
permanente dentro de la Impermanencia es la Seidad, lo que Es. Nosotros equivocamos el ser algo con: entenderlo, con
conocerlo, con sentirlo. La experiencia genuina no es experimentar algo, no es
experimentar la Vida, la Meditación, a Buda, el Amor, lo único verdaderamente
Genuino, Eterno sin principio ni final, permanente y sin cambio es: “Ser”.
Hablamos del
Silencio, del Vacío como lo genuino de la Vida, de la Existencia, porque en
ellos todo es aceptado, acogido: sin deseo, sin discriminación, sin cambio.
Porque en ellos todo cuanto existe o no existe, es aceptado como es, y el
Silencio permanece siendo silencio, en lo que acoge, al igual que el Vacío, es
por lo que se consideran genuinos, porque siendo Nada o donde todo Es lo que
es, se le denomina Ser o Seidad, sin ninguna explicación añadida, que
permitiría algo más, es por ello que en budismo Ser y No-Ser se confunden,
porque en el Ser Genuino, no puede haber percepción de la Estrella de la
Mañana, por Ser, Estrella de la Mañana. Genuinamente ser Buda, es simplemente
Ser.
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