Pocas personas hay, que no se hallan
maravillado en su visita a algún museo o galería de pintura ante un cuadro, que
le conmueve el alma con solo mirarle. Cuando vivimos donde no hay museos o es
difícil transportar nuestras obras pictóricas, miramos los originales o
buscamos en nuestra memoria, aquellos momentos en los que nuestra alma lloró de
alegría, ante el reconocimiento de aquella vida que hay en las imágenes.
Hace mucho
tiempo, desde que ese prototipo de humanoide, viendo las dificultades de
transportar las cuevas donde habían plasmado sus creencias y vivencias,
observaría que en las pieles que vestían, en sus propias pieles, en las hojas
que caían de los árboles, en las piedras, estaban pintadas las vivencias
pasadas, las relaciones y pasadas huellas y cicatrices de sus vidas. En algún
momento vieron que era más sencillo y práctico plasmar sus vidas pasadas, en
lienzos que pudieran transportar y cargar, en cada uno de sus presentes
futuros.
Por lo que
hemos visto en sus pinturas o esculturas, sus visiones o percepciones de la
realidad o la belleza, no eran iguales que las de ahora. Hemos avanzado y en
nuestra imitación de la vida, hemos creado muchas escuelas y métodos de plasmar
y recrear las vivencias.
Pero,
¿Cuál será la primera pintura de la Vida?, ¿En qué soporte y estilo, se darían
los primeros trazos?, ¿qué representaría o sería pintado en ese lienzo, y cuál
sería su tamaño?.
Nunca he
podido encontrar: una conversación, una pintura, música, arte, filosofía,
religión, creación o destrucción, que no representase, mostrase o expresase, el
monotema, lo único que puede ser mostrado: “La Vida”. Por lo tanto, el tema,
parece claro y seguro.
Lo
primero, imagino que sería un electrón, no el de un átomo, porque todavía no
existían, sino algo que en su futuro sería llamado de alguna manera, pero que
entonces no tenía nombre. Como, en ese tiempo la Mente todavía no funcionaba ni
tenía existencia definida, pues no pudo pensar en lo que era, ni pudo
analizarlo, porque como era solamente uno, no había aprendido a observarse, que
sería un invento muy posterior.
El lienzo
imagino también, que sería de Vacío, porque todavía no se había creado el
Universo. El tamaño siempre es el mismo, pues la Vida que siempre es
ahorrativa, hace todos los lienzos de un mismo tamaño, “Infinito”. El infinito,
no depende nunca de las medidas, sino que cualquier Universo ocupa todo el
espacio y además para Él, (el Universo), al ser todo y no poder percibirlo, le
resulta siempre infinito, al menos relativamente.
En otro
momento, aparecería otro electrón, por llamarle de alguna manera, obviamente lo
único que podría percibir sería al otro electrón del cuadro, no le
proporcionaría ningún pensamiento o idea, porque como decíamos, no se habían
inventado la Mente, ni los Sentimientos, pero al menos algún tipo de percepción
de que había aparecido un Infinito, porque lo que es a él mismo no se había
percibido, imagino que no tendría ojos, por eso no digo que le vio. Lo que sí
es seguro, es que de alguna manera tuvo Consciencia de él, no conciencia porque
para eso tendría que saber de sí mismo.
Al
aparecer el tercer “eso”, pues comenzarían a comparar a los otros dos y a
analizarlos, siendo, que cuando casi comenzaba a aparecer el Universo precursor
de la nueva escuela, el PreBig-Bang, casi habían llegado a percibirse a sí
mismos y estaban a punto de comenzar a crear la Meditación, que es el estilo de
olvidar toda la pintura y volver a ser ….., la verdad es que no lo se, porque
si digo lienzo, parecerá que alguien iba a pintar algo, y si digo que Nada,
pues lo mismo alguien me pregunta que donde se pintaría la Vida, lo mejor es
decir Vacío, que es donde podemos poner lo que queramos, a pesar de no haber
llegado a ser plasmados en él, porque todo lo que se plasma en el Vacío,
continúa siendo Vacío, por muy colorido y bonito que resulte.
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