Hay días, que al mirar por la ventana
te das cuenta de que el sol brilla de una manera extraña, que lo que ves está
fallando en algún lugar, que no es el que esté nublado lo que impide que nos
llegue la luz, que el problema muchas veces está en nuestra mirada, en lo que
vemos al mirar al sol.
Durante
años, hemos aguantado en España el terrorismo inhumano, de gentuza y alimañas,
que se llama a sí misma libertadores y demócratas, siendo terrible, que una
minoría entre personas capaces de sentir empatía y amor, se echaran al
asesinato, la extorsión, el acorralamiento y derribo de gente que se atreviese
a opinar diferente, no ha sido lo peor, sino esos estudiantes, políticos y
gentes que han dejado que el odio anidase en sus corazones y que al final han
ido aumentando, criando gentuza y asesinos que alimentasen el odio de las
minorías, incluso, llegando a mayorías.
Podemos
verlo en los terrorismos de tantos países, que siendo minorías, han permeado
las almas, mentes y miedos del pueblo, que usan niños, mujeres y a cuanto se
les ocurre, para sus ambiciones y su rapiña. De alguna manera, lo que es
aterrador no es su falta de humanidad, valores y conciencia, sino que niños y
adultos, estén dispuestos a sumarse a sus filas de asesinos y descerebrados,
voluntariamente.
Vemos
cómo, países que producen o tienen suficientes recursos, si no para vivir todos
con un gran bienestar, al menos para no tener necesidades, trabajan para una
minoría que se enriquece, se apodera de todo, incluidas las personas y sus
voluntades, aceptando la miseria humana y moral, para enriquecer a esas
minorías a cambio de la limosna que reciben.
Las
chavelas, las maras, los barrios marginales, las etnias, que culpando a los
demás, se destruyen a sí mismas para beneficio de unos pocos de ellos mismos,
las divisiones entre religiones con sus asesinatos y guerras, el fratricidio
entre seguidores de diferentes políticos, que en siglos no los han sacado de la
miseria, la cantidad de alimañas carroñeras dedicadas a la destrucción de sus
conciudadanos con las drogas, los que usan inhumanamente a sus juventudes para
beneficiarse, prostituyéndolos, con engaños, amenazas y asesinándolos.
Estamos
siendo educados en que la responsabilidad es de los padres, que no tenemos que
hacer nada. Nuestros padres comprarán la casa, nos alimentarán, nos pagarán la
educación, nos mantendrán y podremos hacer lo que queramos, porque somos
libres, nuestra libertad es lo importante. Esto nos permitirá, poder exigir de
nuestros padres cuanto necesitemos o deseemos, porque en cuanto nuestros padres
no nos lo den, tendremos edad suficiente para recibir subvenciones, ayudas o
becas públicas y podremos seguir viviendo en casa de nuestros padres con todo
pagado.
En
nuestros días, es lo que cualquier populista que se precie ofrece: ¡Viviremos del
dinero de Europa!, ¡España seguirá comprando nuestros productos, y Europa
dándonos subvenciones, cuanto “Más” robemos mayores serán las subvenciones! Y
no tendremos que dar nada porque nos quedaremos viviendo en la casa de papá.
Terroristas,
nacionalistas, y todas las minorías que quieren tener poder, solamente tienen
que arrimarse a la política, usando los medios que se ha usado desde siempre
para adoctrinar, callar, controlar y esclavizar a las mayorías: “La enseñanza,
la falta de valores, las promesas, quitarles la autoestima, los medios de
comunicación, los miedos, pero sobre todo la falta de dignidad y el borreguismo
del pueblo”.
Vemos
cómo, la juventud puede irse de asesinos al terrorismo o de concubinas de
ellos; los campesinos trabajando, produciendo droga y comida para las
guerrillas o los cárteles; niños que no conocen ni la palabra humanidad, que
solamente han aprendido a apretar un gatillo o a asesinar a quien le dicen;
hemos visto como se ha alimentado a Eta desde colegios y universidades, de
jóvenes que solamente han aprendido a odiar; vemos cómo Navarra, tiene una
educación que han olvidado su historia, para acercarse a los asesinos; vemos
como los medios de comunicación lavan las mentes y conciencias del pueblo, al
servicio de sus amos.
El pueblo
huye de esas minorías, abandonando sus hogares, pero la felicidad y la
dignidad, no pueden dárnosla con el trabajo y la comida, en lugares alejados de
nuestros hogares.
El pueblo, no puede vivir en cárceles que
les protejan de la gentuza y las alimañas, porque es cuestión de tiempo que
vengan y nos asusten, si nos escondemos en Europa, ¿Dónde huiremos entonces?.
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