Siddharta
vive en un mundo casi perfecto, donde el sufrimiento, la enfermedad o la
pobreza no pueden ni tan siquiera ser vistas o percibidas.
Pero algo
le lleva a huir, a castigar su cuerpo y mente, prácticamente hasta su
aniquilación, tratando de encontrar el por qué del sufrimiento de las personas
que le rodean. Sentado como Shakyamuni, abandonada la búsqueda del sufrimiento,
abandonado el castigo a su mente y cuerpo, olvidado de negar su propio ser,
encuentra que es la aceptación de las orillas, de los extremos y la corrección
de cuanto manifestamos, lo que nos permite la existencia sin percepción del
sufrimiento.
Es el
Camino Medio del Buda, en el que no podemos existir entre los extremos, sino en
su inclusión. No pudiendo discriminar, porque en ella está el origen de la
diferenciación dual, la capacidad de percibir el sufrimiento que existe en la
Felicidad.
Es el no
haber percibido nunca el sufrimiento en su niñez y juventud, lo que le da la
sensibilidad al percibirlo en los demás. Es la perfección de su vida, la que le
lleva a buscar el por qué los demás no pueden encontrarla en sus
circunstancias.
Es por
ello, por lo que se hace el más pobre de los pobres, el más hambriento de los
hambrientos, el caminante incansable dispuesto a hollar todos los caminos,
hasta encontrar el por qué esas circunstancias, llevan al sufrimiento en la
gente.
Dispuesto
a sufrir el dolor del amor, amó a todos cuantos existían. Dispuesto a vivir el
dolor de la ausencia, abandonó familia y amigos. Dispuesto a conocer el
sufrimiento de la pobreza, por no poseer se negó a sí mismo, al pobre, para no
poseer ni tan siquiera al que pudiera hacerlo o ser poseído.
Finalmente, encontró que solamente quien sufre
puede abandonar el sufrimiento. Que solamente el que puede manejar su
sufrimiento y que este no le sea excesivo, puede encontrar un camino para salir
de él por sí mismo. Esa es la orilla del sufrimiento, la que baña tu vida por
uno de sus extremos.
Pero
nuestra vida, tiene la otra orilla que es la de la felicidad, bañada también
por nuestra vida. Es esta orilla la que reconoce a la otra por medio nuestro,
cuando nosotros las vivimos como externas a nosotros, como los límites entre
los cuales existimos. Esto haría, que nos fuese imposible vivir realmente el
sufrimiento o la felicidad, siendo, que solamente la comparación y la
discriminación, nos permitirían conocer su existencia.
No puede
haber algo que pueda ser bañado, o que nos limite, razón por la que los
Maestros nos explicaron el Camino Medio, como: “Aquél que incluye ambas
orillas, ambos extremos”. Nada puede existir
fuera de Él, nada puede caminarle, nada puede ser incluido, nada puede ser
excluido, esa es la Naturaleza del Camino Medio que evita el Sufrimiento.
Cuando
Shakyamuni nos habla de salir del Sufrimiento, lo que está teniendo en cuenta
es el saber que estamos inmersos en Él. En el conocimiento desde su experiencia
personal, de que lo percibimos desde la Felicidad que hemos separado de
nosotros, que percibe que estamos inmersos en la otra orilla.
En el
Camino Óctuple, miramos lo que hay que hacer, sin percibir que lo importante es
“La Corrección” en cuanto
expresamos al vivir, lo que nos permite no percibir el sufrimiento.
Existiendo en la Felicidad y tan cercanos a la Perfección, que son incapaces de percibir que cercanía es estar fuera de la Meta, los grandes dioses, existen durante kalpas, sin poder encontrar la necesidad de dar el último paso, para Ser Buda.
Existiendo en la Felicidad y tan cercanos a la Perfección, que son incapaces de percibir que cercanía es estar fuera de la Meta, los grandes dioses, existen durante kalpas, sin poder encontrar la necesidad de dar el último paso, para Ser Buda.
Sufriendo sin
poder percibirlo, la ignorancia de su Sabiduría, que todavía conserva algo que la
sustenta, algo que sabe que está incluyendo ambas orillas, que les impide sumirse
en el Vacío, teniéndole como Naturaleza, para ser Buda.
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