Hay muchos libros maravillosos, que nos enseñan o intentan explicarnos la
realidad de ese concepto tan simple y escurridizo como es la Vida. No
solamente, a nivel de percepción o lo que podemos apreciar por medio de
nuestros órganos o con la ciencia o tecnología, sino el tratar de explicar lo
que somos, nuestra Verdadera Naturaleza de Ser Vida.
Siento gran cariño por varios de ellos, no demasiados, pues no soy un
estudioso, ni un gran lector de libros. En los años con mi Maestro, leí dos o
tres en épocas bajas, los leí en épocas que estuve en otros templos, pero no
con demasiada frecuencia.
Entre ellos como sabéis, el Tao Te King y el Bhagavad Gita,
hay otro que también me impresionó cuando lo leí, prestado por un americano en
unas semanas que pasé en Hakuhoji: “El
Sutra de Vimalakirti”. Es un Sutra particular, el
personaje central no es Shakyamuni, ni ninguno de los grandes bodhisatvas
discípulos de Buda.
Un
rico y famoso comerciante, que habla de igual a igual con Shakyamuni. Una
persona que comercia, que cambia por un beneficio, que vive en la riqueza, que
según la clasificación social no era de las cercanas al mundo espiritual, que
un día decide que enferme su cuerpo.
Todas las gentes de la ciudad van a interesarse por su salud, Shakyamuni Buda,
intenta mandar a algunos de sus grandes Bodhisattvas, incluso al heredero
Maitreya, Manjusri la encarnación de la Sabiduría de Buda, pero todos ellos
rehúsan ir a interesarse por la salud de Vimalakirty.
Todos ellos en alguna ocasión, cuando estaban transmitiendo la enseñanza que
habían recibido de Shakyamuni y de sus anteriores Maestros, cuando habían
explicado y tratado de confortar a los afligidos, cuando habían enseñado a los
seguidores del Camino sus equivocaciones, sus errores, había llegado
Vimalakirti y les había corregido y cuestionado en sus enseñanzas.
Se
encuentran en la habitación: Dioses de varios mundos, Budas de varios
Universos, las gentes de Benarés y de otras ciudades, la mayoría de los grandes
Bodhisattvas de todos los Budas, gran número de seguidores y curiosos que
desean escuchar la conversación de Shakyamuni, que viene desde la dualidad,
desde un cuerpo físico, desde el dolor de la impermanencia a interesarse por el
cuerpo de un comerciante, al que los Budas de varios Universos, los Dioses,
vienen a visitar y escuchar en sus enseñanzas.
Es
el Buda que hay en Vimalakirti, el que es visitado por la humanidad, la dualidad
que hay en el Buda. Y es en la conversación y desde la enfermedad de un cuerpo,
que se reúnen todos los niveles de existencia en una misma habitación para
transmitir la Enseñanza Eterna, el Dharma que se adapta al espacio y al tiempo,
a las diferentes manifestaciones, en el que el Buda puede encarnarse en
cualquier expresión de la Vida.
Budas y
Bodhisattvas de mundos donde todo es de un tamaño cientos de veces mayor que en
el nuestro, con sus enormes tronos. Dioses de mundos y submundos con sus
seguidores. Reyes, nobles y todo tipo de ciudadanos de Benarés y de las
ciudades de los alrededores. Shakyamuni y sus discípulos, seguidores y
Bodhisattvas. Cientos de miles, cientos de millones de seres se reúnen, para
escuchar el Dharma desde un cuerpo enfermo de un rico comerciante.
Todo transmite
el Dharma, todo es Camino, Todo es Buda porque Buda es Todo, Todo es Dharma
para quien escucha.
El Dharma no
enseña, porque es Todo. Cada individualidad es Un Todo, Todo, pero siendo
Dharma, tiene que aprender que es el mismo Dharma que hay en todo lo que puede
percibir. Esta es la enfermedad del Cuerpo de Buda, de Vimalakirti.
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