No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

domingo, 7 de enero de 2018

EL JUICIO

          A la espera del Recurso, he perdido el juicio. La sentencia dice que los ladrones no han robado lo que han robado y que soy una persona sin dignidad, por reclamar lo que ha pertenecido a la parcela durante más de 100 años.
          Es suficiente, que una abogada nombrada por el Turno de Oficio no sepa de qué va el juicio, que, o no ha entendido o no ha leído los documentos e información que he aportado, o que piense, que con ir donde dice el procurador es suficiente para cobrar. Que puede permanecer, dos horas en su coche esperando fuera de la parcela, para que no le enseñen y expliquen sobre el terreno lo que no entiende en los planos y que en un año no haya realizado ni una pregunta de aclaración, por cientos de hojas y planos aportados.
          Los planos de más de 100 o 200 años de las diferentes Administraciones, incluyendo un patio en mi parcela, no valen nada en comparación con el único existente dibujado por un Perito Judicial para el juicio, que lo sitúa en la de los ladrones. El mismo que aporta fotos de hechos consumados posteriores a la invasión, y que afirma que una viga antigua, probablemente robada de los edificios de la mía, dice que no ha habido invasión.
          Un abogado que sabe la verdad y puede mentir en defensa de los que le pagan, porque eso es la dignidad profesional. Mentir y engañar, con tal de que los ladrones puedan legitimar lo robado.
          Es a lo que hemos llegado en nuestra incomprensión de los Valores, de los Conceptos, del olvido que es la Justicia la que debe de prevalecer en un Juicio y no las leyes. Cualquier abogado sin principios puede retorcer las leyes, quizás por ello los que más cobran son los que defienden culpables. Quizás por eso nos hemos sumergido en una sociedad donde es la Injusticia la que baña nuestras vidas.
          Hay grandes Juicios, los cuales son mirados con recelo. Que nos asustan y nos llevan a querer engañar a la Justicia, que nos hacen negar los principios, incluso negar a Dios, la Vida Eterna, o la Humanidad que decimos ser, desde nuestra prepotencia.
          Hay un Juicio Final, el cual nos ha llevado a pensar, que desde ese momento seremos castigados o premiados por toda la Eternidad. Que todo dependerá a qué lado de Dios nos digan que vayamos. Que Dios permitirá que suframos eternamente o vivamos en un lugar donde solamente la Felicidad es permitida.
          Pensando en el premio o el castigo, creemos que dignidad es portarnos bien cuando nos ven, o llegar incluso a portarnos bien cuando creemos no ser vistos, solamente por el resultado que buscamos, no desde nuestra dignidad, desde nuestra humanidad, desde ser los Hijos de Dios, Dios o el Buda mismo.
          Cuando la ignorancia es más profunda, nos limitamos a negar la existencia de otra vida o a Dios, pensando que así nos libraremos de las consecuencias de nuestras creaciones. Que el negar algo no nos afectan sus leyes y su responsabilidad.
          Shakyamuni dice que: “Todo lo que tiene principio, conlleva un final en sí mismo”. Viéndole sentado en Silencio, diciendo nada, creo en lo que me dice, precisamente por no decírmelo.
          Una Eternidad que comienza en un Juicio Final, sin apelaciones, sin recursos, no es Justo, algo que Dios o Buda, no pueden obviar. Sus Juicios no dependen de las leyes o lo correcto, sus sentencias dependen de la Dignidad en la que se asienta la Justicia.
          La Eternidad de sus Sentencias, está en el Ahora, en que seamos lo que hemos creado, por lo que somos los que aplicamos la Sentencia de ser lo que somos, estando en ello la felicidad o el castigo, el infierno o el cielo.
          Pero es nuestra propia Dignidad, nuestro Principios Correctos y nuestros Conceptos Correctos, lo que determina la Justicia con la que vivimos lo que somos.
          Salomón, tuvo que amenazar con un asesinato, con una Injusticia, para que la Verdad, para que la inocencia tuviese una sentencia favorable.
          Pero no es él quien habría errado en la sentencia el fallo, la mayoría de los errores, vienen dados por la indignidad que aportamos las partes al juicio. Por lo que son necesarias las leyes, que manejadas desde la Indignidad proporcionan veredictos Injustos.
          La sentencia no cambia la dignidad de quien la tiene, ni hace que un ladrón no lo sea.
          Quien busca la Justicia en la Vida, sólo es posible viviendo en Dignidad.


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