A la
espera del Recurso, he perdido el juicio. La sentencia dice que los ladrones no
han robado lo que han robado y que soy una persona sin dignidad, por reclamar
lo que ha pertenecido a la parcela durante más de 100 años.
Es
suficiente, que una abogada nombrada por el Turno de Oficio no sepa de qué va
el juicio, que, o no ha entendido o no ha leído los documentos e información
que he aportado, o que piense, que con ir donde dice el procurador es
suficiente para cobrar. Que puede permanecer, dos horas en su coche esperando
fuera de la parcela, para que no le enseñen y expliquen sobre el terreno lo que
no entiende en los planos y que en un año no haya realizado ni una pregunta de
aclaración, por cientos de hojas y planos aportados.
Los planos
de más de 100 o 200 años de las diferentes Administraciones, incluyendo un
patio en mi parcela, no valen nada en comparación con el único existente
dibujado por un Perito Judicial para el juicio, que lo sitúa en la de los ladrones. El mismo que aporta fotos de
hechos consumados posteriores a la invasión, y que afirma que una viga antigua,
probablemente robada de los edificios de la mía, dice que no ha habido
invasión.
Un abogado
que sabe la verdad y puede mentir en defensa de los que le pagan, porque eso es
la dignidad profesional. Mentir y engañar, con tal de que los ladrones puedan
legitimar lo robado.
Es a lo
que hemos llegado en nuestra incomprensión de los Valores, de los Conceptos,
del olvido que es la Justicia la que debe de prevalecer en un Juicio y no las
leyes. Cualquier abogado sin principios puede retorcer las leyes, quizás por
ello los que más cobran son los que defienden culpables. Quizás por eso nos
hemos sumergido en una sociedad donde es la Injusticia la que baña nuestras
vidas.
Hay
grandes Juicios, los cuales son mirados con recelo. Que nos asustan y nos
llevan a querer engañar a la Justicia, que nos hacen negar los principios,
incluso negar a Dios, la Vida Eterna, o la Humanidad que decimos ser, desde
nuestra prepotencia.
Hay un
Juicio Final, el cual nos ha llevado a pensar, que desde ese momento seremos
castigados o premiados por toda la Eternidad. Que todo dependerá a qué lado de
Dios nos digan que vayamos. Que Dios permitirá que suframos eternamente o
vivamos en un lugar donde solamente la Felicidad es permitida.
Pensando en
el premio o el castigo, creemos que dignidad es portarnos bien cuando nos ven,
o llegar incluso a portarnos bien cuando creemos no ser vistos, solamente por
el resultado que buscamos, no desde nuestra dignidad, desde nuestra humanidad,
desde ser los Hijos de Dios, Dios o el Buda mismo.
Cuando la
ignorancia es más profunda, nos limitamos a negar la existencia de otra vida o
a Dios, pensando que así nos libraremos de las consecuencias de nuestras
creaciones. Que el negar algo no nos afectan sus leyes y su responsabilidad.
Shakyamuni
dice que: “Todo lo que tiene principio, conlleva un final en sí mismo”. Viéndole sentado en Silencio, diciendo nada, creo en lo
que me dice, precisamente por no decírmelo.
Una
Eternidad que comienza en un Juicio Final, sin apelaciones, sin recursos, no es
Justo, algo que Dios o Buda, no pueden obviar. Sus Juicios no dependen de las
leyes o lo correcto, sus sentencias dependen de la Dignidad en la que se
asienta la Justicia.
La
Eternidad de sus Sentencias, está en el Ahora, en que seamos lo que hemos
creado, por lo que somos los que aplicamos la Sentencia de ser lo que somos,
estando en ello la felicidad o el castigo, el infierno o el cielo.
Pero es
nuestra propia Dignidad, nuestro Principios Correctos y nuestros Conceptos Correctos,
lo que determina la Justicia con la que vivimos lo que somos.
Salomón,
tuvo que amenazar con un asesinato, con una Injusticia, para que la Verdad,
para que la inocencia tuviese una sentencia favorable.
Pero no es
él quien habría errado en la sentencia el fallo, la mayoría de los errores, vienen
dados por la indignidad que aportamos las partes al juicio. Por lo que son necesarias
las leyes, que manejadas desde la Indignidad proporcionan veredictos Injustos.
La sentencia
no cambia la dignidad de quien la tiene, ni hace que un ladrón no lo sea.
Quien busca
la Justicia en la Vida, sólo es posible viviendo en Dignidad.
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