Es
curioso, que si miramos desde cuándo podemos leer lo que es la Dignidad, podemos
remontarnos miles de años.
Que
probablemente, la búsqueda de la Dignidad comienza antes incluso de que la Vida
crease un hombre físico, con cuerpo y piernas que le permitiesen viajar en su
búsqueda.
Pero al
igual que en Castilla y León, es desterrada fuera de sus tierras con Rodrigo y
los Comuneros. No permitiéndole regresar a convivir con los Dolfos, Bellido. En
el resto de las sociedades, camina hacia el olvido, hacia ser algo mitológico e
irreal.
Vemos los
Samurais, donde es el honor y la dignidad lo importante. Dispuestos a perder la
vida y la hacienda antes de faltar a la dignidad. Dando paso a los Ninjas que
lo importante es el resultado.
Los Caballeros,
que defendían el honor del débil, al pueblo al necesitado. Sustituidos por los
palaciegos, de las fiestas y explotación del pueblo.
Los países
que se hicieron grandes, al destruir a todos los aborígenes, al llevar su forma
de vivir y su ambición, muchas veces, no solamente la de los poderosos, sino
las del pueblo, que fue capaz de destruir lo que había para apoderarse de ello.
Vemos
islas donde los que consiguieron el poder fueron los esclavos, sumidas en la
misma sociedad que hay en África su hogar de origen.
A veces,
miramos como héroes a los que a traición arreglan otra traición. Pensando que
unas traiciones son dignas y otras no, al más puro estilo Ninja, en el que lo
que importa es el resultado, el beneficio que hemos conseguido o si hemos ganado
algo.
No importa
dónde miremos, el tipo de sociedad que analicemos, las libertades que
encontremos en una civilización o en otra, no es posible encontrar una en la
que no encontremos el callar, el no hablar, la falta de voz del pueblo y la
imposición del poder.
Pueblos
que han pagado impuestos hasta vivir en la miseria, pueblos que han construido
los grandes monumentos de la civilización para gloria de algún poderoso,
pueblos que han ido a las guerras o han enviado a sus hijos por la ambición de
un poderoso o alguien que deseaba serlo.
Pueblo,
que ha conseguido el poder y ha pisoteado al pueblo que no lo tiene, pueblo,
que traiciona o roba a su pueblo, en nombre o por congraciarse con el poder.
Pueblo, que se vende al poder para poder robar o vivir mejor que sus
conciudadanos.
Pueblo,
que sigue a un ambicioso, para ganar su libertad de ser esclavos de quienes los
lideran.
Creemos,
que la dignidad del pueblo callado es luchar por tener la libertad de hablar.
Para poder repetir lo que dicen los nuevos líderes.
Creemos,
que destruir los poderes, liderados por nuevos ambiciosos que todavía no han
conseguido el poder, nos hará libres, nos llevará a conocer la dignidad, pero
no es cambiar de pastor lo que le da libertad al rebaño.
Dignidad
es poder hablar y escuchar el silencio, porque solamente cuando hay indignidad
hay que hablar para denunciarla.
Creemos
que la dignidad, está en tener un pastor justo, pero está en compartir las
responsabilidades, aportando lo mejor de cada uno.
Hemos
olvidado las semillas que nos han construido la sociedad que tenemos: “Traiciones
palaciegas, un pueblo no en silencio sino callado, destrucción de lo de los demás
para imponer lo nuestro, que en general, ha sido un pueblo imponiendo a otro las
ambiciones de sus amos, hoy en día seguimos queriendo imponer la dignidad con nuevas
leyes, que corrijan nuestra falta de ella”, pero
la semilla de algo, sabemos lo que produce.
Dignidad es
la Vida, el Amor, Dios, y tiene que vivir en cada uno de nosotros, para que nazca
la Justicia sin leyes, el Poder sin vasallos o poderosos, el Pueblo sin otros pueblos.
Tanto nos han
hablado de la Dignidad, que hemos dejado de escuchar hasta ignorar su nombre, su
existencia.
Una sociedad
donde solamente importa lo que conseguimos, ese espíritu Ninja, no puede existir
sin el Espíritu Samurai, que le de honor, valores, y la dignidad a lo que deseamos.
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