Publicaba
el otro día el escrito titulado: “Amor Simple”. Tratando de dar una visión de
cómo hemos devaluado la palabra Amor.
Hemos
pasado, de ver el Alma y el Espíritu de la Vida en Él, a nuestro propio interés
y práctica sexual, tras la que escondemos la mayoría de las veces nuestros
miedos y frustraciones.
Y es que
en una práctica sexual sana y que conserve un mínimo de los valores que hay en
ella, nunca puede producir, violaciones, pederastia, abusos o usarlo para
ejercer el poder sobre otras personas.
Porque eso
apunta directamente a la manifestación de los traumas, frustraciones y miedos
que nos llevan a que el sexo sea una forma de poder, de sojuzgar a la otra
parte, en lugar de una entrega.
Nos
escudamos a veces que las mismas prácticas o comportamientos se dan en los
animales, en algunos muchas veces semejantes a nosotros o con una mente
desarrollada en la línea de desarrollo nuestro.
La función
del sexo es la de transformarnos en creadores, en creadores de vida. Algo, que
permite que sigamos viviendo en nuestros hijos creados por nosotros a imagen y
semejanza nuestra.
La mayoría
de los animales cumplen con esta función de forma natural, han desarrollado un
método, que es transmitido de unos a otros, que preserva su capacidad de seguir
existiendo y adaptarse a los cambios. Por lo que en general el método lleva a
que los más fuertes sean los elegidos para la reproducción de la generación
siguiente.
Este
actuar de acuerdo con unos principios desarrollados en la permanencia en el
tiempo de la especie, puede parecernos cruel o bonita, pero nunca es el forzar
a los demás, sino una forma de que la especie continúe existiendo. Este seguir
unas pautas de Creadores de Vida, es el Amor.
En
general, los animales entran en celo, cuando la cría anterior no necesita a la
madre constantemente o para ser alimentada y los machos suelen respetar estas
pausas.
Por
supuesto hay animales capaces de matar las crías para que la madre tenga un
nuevo celo, Hay animales que violan y fuerzan, que mantienen sexo a menudo, que
puede parecer que fuerzan a la pareja. Hay peces que se turnan para medio
asfixiar a la hembra para que uno de ellos tenga finalmente sexo y puedan
reproducirse, otros pueden matarse entre las crías para que solamente una de
ellas viva, hay comportamientos que solamente estudiando las condiciones en las
que subsistieron al principio, nos explicaría el por qué.
Pero en
los animales el sexo, es amor simple, porque no hay la mayoría de las veces ese
placer que buscamos nosotros. Es simplemente el placer de seguir existiendo en
sus creaciones, el que lleva al sexo, por eso es “hacer el Amor” en ellos.
En
nosotros buscamos el placer por encima de todo, tratamos de dar placer para
sentirnos poderosos. Buscamos parejas que nos den placer, pero no compromiso.
Buscamos en el sexo el olvido de miedos y frustraciones, al igual que en las
drogas, el trabajo o la bebida.
Es por
ello por lo que a veces, nos lleva a buscar el lado oscuro del sexo, en la
violación, el abuso o la pederastia, al poner en él las frustraciones en lugar de
la entrega. Es por la misma razón que tratamos de no tener relaciones sexuales
o las necesitamos compulsivamente, en un estado de insatisfacción porque no
encontramos en ellas al que verdaderamente practica sexo: Al Creador de Vida,
al Creador que permite nuestra eternidad, al Creador que se entrega hasta el
punto de quedar sólo Vacío en el sexo”.
Preguntaba
alguien, el porqué de la foto de los animales, no encontraremos un amor más
simple que el de los animales, que se entregan a la continuación de la Vida,
sin preguntar, sin saber, sin dudar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario