No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

sábado, 17 de febrero de 2018

ENCONTRAR ALGO

          No es lo que quería escribir hoy. Pero pienso que lo que quería comenzar es demasiado ambicioso para mí. Es escribir acerca del: “Último Videojuego”. Tras eones de creaciones de un Universo tras otro, en los cuales nuestro ego no ha encontrado la salida del Círculo de Reencarnaciones, la salida de los videojuegos que practicamos en los Universos que hemos creado. En ellos es la pelea de: Violadores, asesinos, corrupciones, poderes, ambiciones, las guerras por alcanzar el bien, por imponer el mal, pero guerras. Los dioses que crearán una mitad donde existirá eternamente el mal, y la otra mitad donde sólo existirá el bien, Maestros que salen de las fronteras dejándonos el Tao como manual del videojuego final, o uno de los últimos.

          Pero en su lugar escribiré de mi Maestro, de un paseo por las calles de Obama, en el cuál me encontré un billete de 10.000 yens.
          Montado en mi nube, en mi lucha por hacer el bien, por vivir correctamente, a pesar de que no tenía apenas dinero, recogí el billete abandonado y lo llevé al templo para entregárselo a Buda.
          Lo estaba colocando en el altar, donde los creyentes ponen sus donativos para que Buda se los reparta a los necesitados, cuando me sorprendió mi Maestro que estaba detrás del altar en la sombra, haciendo algo que no recuerdo.
          Me preguntó: “Qué estás haciendo. Le respondí con lo que había pasado: Me he encontrado este dinero y se lo estoy dando a Buda. ¿Qué pasará, cuando regrese la persona que lo ha perdido y no lo encuentre?, respondió con una sonrisa”.
          No me dijo qué tenía que hacer, si dejarlo o devolverlo al lugar donde estaba, en cuyo caso si ya había pasado quien lo perdió, se destruiría con las inclemencias del tiempo, o sería recogido por otra persona.
          Como en todos los casos y como decía Dogen: “Es un caso de Vida o Muerte”, podía ser el dinero para comprar un arma y asesinar a alguien, o para poder salvar una vida. Podía ser el dinero que daría de comer a una familia o el de comprar sake y regresar borracho para maltratarla. Pero algo era seguro, había cogido algo que no era mío, se lo había dado a Buda, liberándome de la responsabilidad de mis actos, Pero era yo el responsable de la acción, de cómo usaría lo que había recogido sin ser mío.
          Mirando alrededor, somos deshonestos porque recogemos lo de los demás. Nos protegemos destruyendo lo que nos rodea, para defendernos de la maldad de los demás. Violamos a otros en sus derechos, en sus libertades, en sus cuerpos y almas, porque recogimos las violaciones recibidas de un violador. Vamos por la Vida, recogiendo los odios, la maldad, la ira, la falta de amor, la falta de humanidad de los demás, unas veces para cargarlas a lo largo de nuestras vidas, otras para dárselas a nuestro dios, que nos permita el yihadismo o la inquisición, la destrucción de los otros dioses todos ellos falsos.
          Creemos que solamente recogemos objetos, pero desgraciadamente lo que somos es lo que recogemos de los demás, al no utilizar nuestra humanidad, nuestra honestidad, las directrices de tanto Maestro que nos ha dejado marcas en los diferentes caminos que podamos recorrer, para usar lo que somos que nos impide utilizar algo que sea de otro cuando amamos y respetamos nuestro ser.
          Cuando un Maestro nos dice que por qué hemos cogido algo que no nos pertenece, nos está hablando de Amor, de Responsabilidad, de Libre Albedrío, que es usar lo que somos respetando lo que son los demás, lo que no somos siempre pertenece a alguien. Solamente lo que somos no pertenece a nadie, por ser Vida.
          Vivir jugando el juego de rol, tratando de usar lo que otro es, es lo que hace que solamente podamos encontrar lo que buscamos luchando con el resto del Universo.
          Jugar a lo que somos, no puede haber pelea, ni deseos, ni ambiciones, ni posibilidad de que carguemos con algo que no sea lo que somos. La llave para entrar en el juego es la Dignidad, el campo de batalla el Amor, el guerrero la Vida, que no puede luchar por Ser Todo, al no tener nada que añadir, nada que falte.
          “¿Qué pasará, cuando regrese la persona que lo ha perdido y no lo encuentre?, respondió con una sonrisa”. A veces lo que nos falta, alguien lo ha encontrado y recogido, lo que creemos ser, es lo que hemos encontrado y cargado.
          Nuestra responsabilidad es lo que somos, no podemos quitar ni poner nada.

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