ENTENDIENDO LOS GÉNESIS

          Leía esta mañana en la página de América este post, en el que una vez y otra miramos nuestra interpretación de las diferencias, de las descalificaciones, de la exclusión y discriminación que lo escrito hace de la mujer.

          Es algo que se desmiente en la propia Historia, cuando la mujer que ha conseguido mostrar su valía, ha conseguido incluso imponerse al hombre.

          Pero muchas veces miramos en libros que probablemente no son literales, que han sido traducidos innumerables veces adaptando su entendimiento a momentos de la sociedad, que intentan exponer el conocimiento antiguo de lo que se manifestaba en la Vida, en el Universo. Tratando de dar una explicación a lo que no puede ser explicado.

          Leyendo lo escrito en la imagen, pensaba en las simbologías que a veces nos dicen que eran usadas en los libros sagrados, en la Alquimia y cuando era algo que no se deseaba que fuese conocido por quien no debía o estaba preparado.

                                                       El siguiente ha sido mi comentario, un poco corregido:

               “Si la mujer tuviese que explicarlo, mostraría su insatisfacción de la definición de lo que era, que debería de estar por encima de las explicaciones.
               La realidad en la que se basan esas historias, es: que paren con dolor, el hueso simboliza la energía, del barro el agua las emociones y la tierra lo material, la mujer sigue siendo la inspiración y guía del hombre, y los maridos si no fuese por las herramientas y leyes de protección, seguiría protegiendo a quien tiene que mantener la existencia de la familia que es la madre, desde el conocimiento de que el hombre es el protector de la vida, de la que la mujer es guardiana y su energía de manifestación.
               Para quien sabe lo que le explican, o dicen, la mentira es que expone conocimientos ajenos, no interpretaciones propias.
               Son los errores en la interpretación, lo que genera la confrontación entre ambos, por un poder que morirá en su propio combate”.

          Nuestro entendimiento de lo que somos, debería ser el importante. Pensar que la Religión es la letra, lo que nos han explicado o enseñado, o que su manifestación es las acciones de quienes viven de ella y no para ella. Es confundir la comida, con la carta del menú.

          Mucha gente, muestra su frustración al no darle vida en ellos mismos a los valores que enseñan la Religión, rechazándola, odiándola, vilipendiándola, sin ver que la Religión es la que damos vida en nuestro corazones, no la que leemos o está guardada en la escritura de los libros.

          Nuestro entendimiento de la Religión es primordial, pues la Verdadera Religión es la que practicamos dentro de los valores encerrados y que irradian del Amor, cuya fuente es Dios en cualquier Religión.

          Ha habido épocas de monjes guerreros, confundidos en el poder de la Iglesia. Ha habido otras de sacrificios humanos, cuando al servicio del Poder, han eliminado o pensado que había un Dios que cobraba por sus servicios.

          Otras, de guerras entre facciones de una misma religión o diferentes religiones.

          Pero esas luchas, esas guerras, esos odios, ese buscar el poder de unos sobre otros, nunca ha existido en el Espíritu de la Religión, donde la Creación y Dios, solamente han podido existir en unidad. Siendo Dios Absoluto, no puede existir discriminación, ni fuera, ni dentro, ni materia, ni Espíritu, solamente un hombre que es Dios y una mujer que es Dios, no existiendo algo que no lo sea.

          Cuando partimos desde el Amor, en filosofía, en entender la Vida, en aceptar a los demás o alcanzar el entendimiento de algo, incluso de una Religión, en la que nosotros hemos realizado todo lo execrable que podamos ver en Ella, la Religión llegará a nosotros directamente al corazón en el cuál, solamente es entendible el Amor, que encierra la Creación, Dios y nosotros manifestamos siendo Religión.