Cualquier Concepto,
es una de las piezas del puzle del Amor, o de lo Absoluto. Por un lado, el
aspecto negativo por el otro el positivo. Al ser colocada la pieza en nuestras
vidas, vemos el aspecto del exterior, siendo el otro subyacente en nuestra
Vida, a pesar del aspecto que manifestemos, no podremos eliminar el contrario.
Consideramos
gratitud, al agradecimiento de lo que recibimos, unas veces teniendo en cuenta el
valor de lo que nos han dado, otras lo que creemos o entendemos que hemos recibido.
No podemos saber el valor que tiene para quien nos regala, el objeto o acción
que hemos recibido, tampoco la intencionalidad o el por qué nos lo entregan.
Nuestro pensamiento,
nuestro entendimiento o la actitud con la que recibimos el regalo, tampoco
tiene nada que ver con el objeto, o la intencionalidad con el que ha sido
realizado. Es nuestra percepción y lo que pretendamos transmitir a la otra
persona, entidad o incluso dios o vida, lo que determinará nuestra respuesta,
siendo de esta de la que dependerá el resultado de lo que hemos recibido.
Todo, en
unas secuencias, que determinarán una acción-reacción, un resultado muchas
veces lejos de las intenciones de ambos. No puede haber entendimiento, si cada
uno utiliza el suyo para responder, lejos de la dignidad que obliga a actuar y
esforzarnos por la Verdad y la Justicia, en nuestras vidas y nuestras interactuaciones
con el Universo y el resto de la Vida manifestada.
El Principio
de Gratitud, no está en responder mejor o peor a lo recibido. Sino la Gratitud,
el Agradecimiento, por poder recibir. Por existir, por la Dualidad que permite
que exista nuestro yo, que hace posible que algún tú pueda recibir o dar algo
desde o hacia nosotros. Esa Dualidad que permite que podamos “vivir la Vida que
somos”, manifestarla y percibirla.
Pero lo
que recibimos, no es lo que nos entregan que nunca será nuestro, sino lo que
hemos realizado con ello, que es nuestra obra.
El Agradecimiento,
debe existir antes incluso, de que salgamos del Ahora para percibir que
existimos.
Las Gracias,
no hay que darlas por lo que recibimos, sino por poder recibir, que existe
antes de que nos den algo.
La Felicidad,
no debe depender de lo que recibimos o de lo que hacemos o hacen con ello. La Felicidad
consiste en la Gratitud, de saber que independientemente de lo que recibamos,
independientemente de lo que hagamos o hagan, podemos poner esa pieza en el puzle
con la cara positiva hacia arriba, hacia el lado que se ve en nuestras vidas,
en nuestro vivir, en la sociedad que estamos creando.
Es el que
sea posible manifestarnos, que podamos percibir nuestro vivir, que nos sea
permitido amar, gracias a esa Dualidad, lo que hace posible la manifestación del
Concepto Gratitud.
Pero la
gratitud, reside en lo que hemos creado con lo recibido.
Podemos devolver
algo valioso o bueno, algo sin valor y que defraude a la persona que lo recibe.
Pero la gratitud, no son las gracias o el devolver más de lo recibido, sino
hacer mejor a la otra persona y a nosotros.
Esa es la
función, lo que debe de ser el Espíritu de la Gratitud en la Vida. Porque las
piezas que encajan en el Amor, solamente hacen su función, cuando habiendo de
todo, solamente el Amor es visible, donde desaparece el tú y el yo, dar o
recibir, mejor o peor, malo o bueno, para que solamente quede lo que no puede
ser pronunciado, la palabra: “Yo, por el Amor”.
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