En Zen no
hay nada desechable, tampoco podemos decir que hay algo que pueda usarse o ser
aprovechado.
Los Maestros,
incluso Ananda cuando escribe las palabras pronunciadas por Shakyamuni, en un
momento diferente, para otras personas, para ser entendidas desde la lectura o
desde una repetición de lo que fue dicho para otro momento.
Nos dice
Hui-Neng, el Sexto Patriarca que: “¿Cuál era tu cara
original antes de ser engendrado, antes incluso, de que tus padres hubieran
nacido?”, “La Iluminación no tiene árbol
de bodi, ni espejo claro, siendo Todo Vacío, ¿Dónde puede acumularse el polvo?”.
Otros Maestros nos recuerdan que: “Camino Medio, es el que incluye ambos extremos”
Otros Maestros nos recuerdan que: “Camino Medio, es el que incluye ambos extremos”
Shakyamuni
nos dice que: “Todo es Buda, Buda es
Todo, siendo Todo Vacío”.
Pero la
mayoría de las filosofías y religiones, nos enseñan que hay un Creador, un
origen, una Creación y un final, siendo que el bien y el mal son eternos y
existirán separados tras el abandono de la materia.
Para que
funcione esa “Chispa Divina”, alojada, prisionera o que tiene por hogar un
cuerpo físico o un alma, es necesario que exista una Creación y un Creador. Que
existamos en un ciclo de reencarnaciones y que las acciones u omisiones puedan
crear resultados. Algo que hace necesario el Libre Albedrío y la Libertad del
Ser de cada individualidad.
Que exista
esa parte Divina, que permite que, si usamos su luz y calor, su reflejo puede
permitirnos recordar y regresar a nuestra condición Divina. Es lo que
precisamente limita esa libertad que nos es concedida, no existiendo otro medio
de regresar que el de ponernos al servicio de esa “Chispa”, al considerarse la
materia como su polaridad opuesta, que opaca o impide que esa Luz se manifieste
en lo que somos.
Publica Lucía,
una frase acerca de esa Chispa Divina que es el camino único de regresar al
origen. Ese espejo, en el que mirarnos para reconocer nuestro rostro original,
para que el polvo y la suciedad no lo empañe, hay que limpiarlo de la materia
que impide la visión de nuestro rostro. La frase: “El Espíritu es la chispa de luz divina que habita cada alma en un
cuerpo material”.
Mi comentario:
“Hay chispas que encienden
la leña, que da calor al hogar. Hay chispas que incendian
los hogares, los bosques y la Tierra. Hay chispas que saltan del fuego, que
flotando en el aíre pueden apagarse o producir incendios.
Decimos que el Espíritu es
antes del origen, después de un supuesto final. Decimos que el Espíritu es
el Todo, la Nada el Vacío, Dios.
Pero pensamos que es un algo que habita en la materia,
en el alma que la anima. Quizás, todavía nos cuesta entender la Chispa que es
el Espíritu, que solamente puede ser vivido por el alma o la materia, que son
las únicas que le buscan, precisamente porque no saben que también lo son.
Una chispa de recuerdo, para no olvidar lo que ya
estamos siendo, pero no algo que habita siendo diferente al hogar. No sé si decir
que es la Divinidad que produce una chispa que piensa que es alma o que es
cuerpo, olvidando que por pequeña que la chispa sea, su Naturaleza es Fuego”.
No debemos
olvidar, que Shakyamuni encontró que es en la discriminación, en la ignorancia
de lo que somos realmente, donde reside la semilla y la tierra donde germina el
sufrimiento.
Que realmente
no hay un espejo que refleje, lo que somos.
Que lo que
somos, no necesita de separación o unión con algo que no seamos.
Que antes
del principio ya éramos Fuego Eterno, y que seguiremos siéndolo incluso después
de que el Fuego se extinga.
Que existimos
en un Ahora, en el que no hay pasado o futuro, no hay ego que viva o muera, sin
espacio o tiempo, en el Aquí y Ahora, que incluyendo ambas orillas, existe en
la Eternidad y el Infinito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario