No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

Si tenéis que pagar para entrar en la página, no es la original. Como digo a la derecha es Gratuita y sin publicidad.
Yui Shin

jueves, 3 de mayo de 2018

NADA QUE ENCONTRAR

          Es un post que creo haber leído varias veces, el otro día lo he leído en el blog de Juan Bedoya. Es un mensaje en el que encontramos gran enseñanza, pero que llama la atención que incluso en los mensajes profundos, solamente encontremos el Dios que existe con el yo, ese yo nuestro en el que integramos a Dios.
               “Sólo te pido que entres a mi casa con respeto. Para servirte no necesito tu devoción, sino tu sinceridad. Ni tus creencias, sino tu sed de conocimiento. Entra con tus vicios, tus miedos y tus odios, desde los más grandes hasta los más pequeños. Puedo ayudarte a disolverlos. Puedes mirarme y amarme como hembra, como madre, como hija, como hermana, como amiga, pero nunca me mires como a una autoridad por encima de ti mismo. Si la devoción a un dios cualquiera es mayor que la que tienes hacia el Dios que hay DENTRO DE TI, les ofendes a ambos y ofendes al UNO”.
          Lo curioso de tratar de entrar en la Casa de Dios, es que Él no la tiene si no vive en la tuya.

          En mi blog, la frase o eslogan que hay es: “Quien se busca, no puede encontrarse”.
          Existen infinitas razones para que eso sea así irremediablemente: “El buscador que encuentra, deja de ser buscador. Quien busca es porque no ha encontrado. Si nos encontramos, ¿Qué somos?, lo encontrado o el que encuentra. Verdaderamente, lo único que puede encontrarse que seamos realmente, es Vacío.”
          Obviamente, es algo que no debe de hacernos renunciar a la búsqueda de lo que somos, pero desde la seguridad, de que: “Es absolutamente imposible, que encontremos algo que podamos decir que es lo que somos, e igual de imposible que podamos encontrar algo que podamos decir que no somos”.
                    Buscamos a Dios, ese Dios de los escritos, de las profecías, de la esperanza de alcanzar la perfección y la felicidad eternas, el Dios prometido como final de nuestro deambular en busca de la Tierra Prometida, el Cielo donde todo vive en o al lado de Dios.
          Un Dios que siendo Todo, siendo lo Absoluto de cada individualidad, no puede buscar, en la ignorancia de que algo exista. Solamente Él existe, por ser Existencia de algo o de nada.
          No puede recibirnos, pedirnos, exigirnos o darnos, pues no sabe de Su existencia, ni de la nuestra, o de que exista algo que pueda darse o pueda recibir. Que pueda buscarse o ser encontrado, no habiendo buscador.
          Es por ello por lo que, amarlo no es algo que podamos hacer hacia Él, no hay casa de Dios donde podamos penetrar, no hay un Dios que podamos venerar o amar dentro o fuera de nosotros mismos, porque somos: “Su Hogar, Su Existir, Su Búsqueda o lo que encontramos Ser”.
          No es el dejar de buscar, lo que nos ayudará a ser lo que somos, tampoco encontrar la paz o la felicidad por ello. Buscar, no es para encontrar, sino la manifestación de la Gran Duda, la que nos dice y mantiene siendo conscientes de ser, de existir, de poder vivir y manifestar a Dios, a pesar de que es lo que somos en nuestra realidad.
          Porque la Gran Duda, nace de la Gran Seguridad: “Antes del Principio, eternamente después del Final, éramos, hemos sido y seguiremos siendo Buda”.
          La Seguridad de Ser Todo, es lo que nos debe permitir buscar, para poder vivir lo que somos. Es el saber que la Gran Duda, no es buscar respuestas, sino realizar la pregunta mientras estamos Siendo.



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