Hay tantas
cosas y resultados achacados al miedo que me pregunto, si los unos sabemos lo
que es llamado miedo por los demás. Entendemos realmente lo que las frases
significan, o quizás solamente aplicamos nuestro miedo, a lo que los demás
hablan de él.
A veces es
el causante del desamor, o la esclavitud, otras es la frustración de los sueños
o el no estar viviendo, otras es el que guarda la viña o crea los héroes. Hay tantas
explicaciones, tantos resultados positivos y negativos para el miedo, que me
pregunto qué será el miedo.
Cómo leemos
y buscamos frases que nos justifiquen nuestro vivir asustados o sin sentir
miedo. Algo, como tratar de dilucidad si es mejor ir cargados con mucho,
demasiado dinero o ir ligeros por no tenerlo. La diferencia, entre vivir o no
vivir siendo Vida.
Algo viejo
y olvidado, nos recuerda que no puede existir el Yin en ausencia del Yang. Que si
viviésemos en un planeta helado, nuestro frío sería el verano de ese planeta,
que nuestra piel, nuestra circulación, nuestras células y líquidos corporales,
estarían preparados para sentir calor a muchos grados bajo cero, por lo que
nuestro frío sería el calor de ese planeta.
En el
mundo de los Conceptos, no es la separación o anulación de una polaridad, lo
que crea lo positivo, pues no puede existir algo sin su opuesto. Es por ello
que en el mundo de los Conceptos, aquél que nos permite ver con claridad, si
nuestro caminar es en la dirección que decimos o pensamos desear, nos encamina
en la dirección correcta.
El miedo y
el valor coexisten en su unión positiva, que podríamos incluso llamar valor. Es
en su armonía y equilibrio donde reside su existencia como Concepto. Al buscar
el aislamiento de lo positivo de uno o de ambos, destruimos dicha armonía y
rompemos el equilibrio que nos permitirá caminar con ellos en la ruta y
dirección soñada.
“La única prisión real es el miedo. Y la única libertad real, es la
libertad de no tener miedo”. Publica
Sandra Milena. Pero es también el que nos impide amar, en otras frases. El que
nos impide soñar. El que nos impide ser lo que somos, que sería mejor dicho lo
que deseamos ser. El que nos impide vivir.
Pero es el
miedo el que protege nuestras vidas; es el miedo a la soledad el que nos lleva
a amar a una persona o a los vecinos; es el miedo a los demás el que nos lleva
a vivir aislados a veces en lugares inhóspitos; es el miedo a nosotros mismos
el que nos lleva a aceptar y empatizar con los demás, para ocultarnos a
nosotros mismos; es el miedo a no ser valorados lo que nos lleva a hacer cosas;
es el miedo al miedo lo que nos lleva a mostrar valor.
Quizá ese
luchar por cambiar, por conseguir, por alcanzar, por sentir o por lo que deseamos que los demás
sientan, lo que nos lleva a buscar incansablemente a nuestro alrededor, para
encontrar nuestra insatisfacción y cómo cambiarla o llenarla de felicidad, es
el origen de nuestra discriminación, de desear ser solamente lo positivo de
nuestros deseos. Olvidando que no existe una polaridad aislada de su opuesta.
Es en la
Aceptación, donde reside ese vencer lo negativo, no por vencerlo o destruirlo,
sino por encontrar su positividad en nuestro uso de él. No hay mayor bien en el
valor que en el miedo, no hay mayor mal en el valor que en el miedo. Los resultados
dependen siempre de nuestra aceptación y capacidad de usarlos para manifestar
lo que somos, lo que estamos siendo, pero no es aceptar algo, sino nuestra
Actitud de Aceptar, aquello que venga, aquello que la Vida traiga a nuestro
Ahora, antes de saber qué será.
Es en esta
Aceptación, donde está la Libertad, porque seremos libres de usar como deseemos
lo que la Vida nos ofrece, desde la Aceptación de ser los responsables de los
resultados. Siendo los Verdaderos Creadores de lo que somos, eso es el Valor
cuya mitad es Miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario