Desde la
más remota antigüedad, hemos soñado con poder hablar con Dios y pedirle lo que
hemos considerado importante para vivir en Paz y Felicidad.
Quienes le
pidieron Sabiduría, quienes le pidieron fuerzas para vencer al enemigo, o Sabiduría
para conocer Todo. Quienes le han pedido Paz para todos, incluso: “Para los hombres de
mala voluntad”. Quienes le piden Paz, para
que nunca aparezca la lucha, salud para vivir con alegría.
Todo ello
nos ha sido concedido, pero quienes fueron escuchados, no recuerdo a quien no
traicionara a Dios. Finalmente, se sintieron protegidos, hasta el punto de
pensar que tenían impunidad a las consecuencias de sus actos.
Buda, el
de la Gran Compasión, tiene como Naturaleza el no ser compasivo. Algo que me
llamó la atención cuando lo leí por primera vez. No recuerdo dónde lo leí, ni
tan siquiera sé si es realmente lo que decían las palabras o fue lo que yo
entendí. Debido a mi falta de memoria, a veces me olvido, de si es algo que me
enseño algún libro, amigo o mi Maestro o quizás sea un sueño.
Pero de
todo lo que mi Maestro enseñaba, solamente una cosa me habría gustado aprender:
“Su profunda Ignorancia”.
Yo no he
hablado con Dios, tampoco Él se ha molestado en venir a preguntarme por lo que
me gustaría conseguir, o qué don desearía poseer. Ni tan siquiera cuál
considero importante.
Pero no
creo que mi Maestro hablase nunca con Buda, porque no tenía ningún don, tampoco
era Sabio, hasta tenía dolores y enfermedades, por lo que no creo que Buda
hablase tampoco con Él.
Ahora me
pregunto, si alguien es imbuido de Sabiduría: “Qué utilidad tendría vivir
si no se puede aprender nada”.
Si tienes
una gran Fuerza que puedes vencer a todos tus enemigos: “Tendrías que estar
creando enemigos continuamente, para vencerlos y comprobar que nadie podía
vencerte”.
Pedir la
Paz: “Solamente es posible desde la guerra, o queriendo salir de ella”.
El Amor
entre todos, solamente podemos vivirlo, cuando hay demás, al amar a los otros: “Cómo podría ser
Amor”.
Finalmente,
para hablar con Dios: “Hay que ser algo diferente a Él, siendo Su Creación, Sus hijos,
seriamos familia, pero no Dios”.
Mi Maestro
era tan ignorante, estaba tan seguro de su ignorancia, que no trató de
enseñarnos nada. Nos leía las historias del budismo o de otras fuentes. Nos repetía
lo que habían dicho los Sabios, los Maestros.
Pero desde
su Profunda Ignorancia, solamente hablaba con nosotros para aprender, que es lo
único que puede hacer quien no sabe nada.
Hay quien
no sabe, hay quien tiene dudas, pero no participan de la Profunda Ignorancia o
de la Gran Duda.
Ser compasivo
o poder tener compasión, implica que existan las desgracias o que alguien esté
sufriendo.
Shakyamuni
enseña, cómo no caer en el sufrimiento, para no tener que salir de él. Buda no
siente Compasión, porque no hay nada fuera de Él. Aceptando, existiendo en el
Aquí y Ahora, siendo Buda: “¿Cómo puede saber que existe la Compasión?”. “¿Por quién o qué
podría sentirla siendo Absoluto?”.
Un día un
discípulo llegó a un templo, al presentarse al Maestro para recibir instrucción,
este le preguntó: “¿Has desayunado ya?. Sí contestó el discípulo. Entonces, limpia
los cuencos”, fue su enseñanza.
No puedes
desayunar, has avanzado el pie izquierdo, suavemente continúa el movimiento de
vivir, dando el paso siguiente.
¿Maestro
qué puedo hacer si no sé nada? Aprender Todo.
¿Maestro
podré así alcanzar la Sabiduría? No, sin Ser Todo.
La Profunda
Ignorancia, es: “No saber lo que se está siendo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario