No sé
cuántas frases habré comentado en estos años, ninguna de ellas ha recibido una
aprobación total por mi mirada, que pienso está guiada por el Zen.
Si realmente
hubiese Zen en mí, haría lo que los Maestros: ver la Perfección en lo que leo,
veo y escucho. Pero soy, simplemente alguien que pasó cerca de un Maestro.
No me
siento mal por tratar de mirar las frases, desde donde no son publicadas o
entendidas por la mayoría que solamente lee las palabras, hasta el propio
Shakyamuni puso patas arriba sus enseñanzas, primero enseñando cómo se salía
del sufrimiento y se transformaba uno en Buda, para luego decir que no había
nada de eso, que incluso el que le escuchaba y Él que estaba hablando no eran
reales.
Obviamente,
yo no llego a tanto, no por falta de ganas de divertirme poniendo patas arriba
cualquier dicho o creencia de los demás y míos, sino porque creo que sé algo, y
ese conocimiento me impide manifestar a voluntad cualquier dirección del
Conocimiento, sin importar la dirección o forma de mirarla.
Generalmente
entiendo lo que manifiestan las frases, incluso, en mi prepotencia pretendo
conocer desde qué visión son publicadas, lo que no me impide tratar de aportar
un punto de visión diferente.
Decía Rinzai
que las preguntas desde la dualidad deben de ser respondidas con lo Absoluto.
Mientras que las preguntas referentes y desde el Absoluto, deben de ser
respondidas desde la inmersión dual.
Es algo
que desafía un poco la coherencia de la lógica, pero que en general permiten
una visión más amplia y correcta de la totalidad percibida.
No suelo
responder a los halagos, ni a quien está de acuerdo conmigo. Tampoco lo hago a
veces, cuando la persona opina desde una profundidad que siento que mi opinión
diferente o contraria podría crear más confusión que aportar algo a su
conocimiento.
Para aportar
algo al conocimiento ajeno, no hace falta saber o estar en posesión de la
verdad, solo es manifestar nuestra opinión sinceramente, permitiendo y
aceptando la libertad de la otra persona para entender libremente lo que
nosotros hemos tratado de decir.
A veces, sí
muestro intransigencia con comentarios que pretenden entender Zen, o sus koans.
Es como he sido tratado desde la suavidad de palabras amables, sintiéndome ridículo
de tener esas opiniones. Pero es lo que me permite defender desde lo profundo
de mi ser, la Dignidad de mis opiniones equivocadas, porque son manifestación
de mi Verdad. Es lo que me permite en la intransigencia de mi argumentación,
escuchar las opiniones ajenas y aprender a acercar mis opiniones a una nueva
verdad, ni mejor ni peor que la anterior, pues toda Verdad contiene el error.
He encontrado
malas actitudes a mis respuestas, me han pedido no opinar en algunos blogs, otros
me han manifestado su incomodidad por mi forma de opinar, y como es natural hay
quien le parece bien o les da igual cómo opino, porque soy uno más que entra en
su blog.
Hay, quien
piensa que es por prepotencia tratando de mostrar que mi conocimiento es
superior al de otros. La verdad es que la mayor parte de las veces tengo que
releer lo escrito o los comentarios, para aprender de lo que alguien ha escrito,
porque quizás de todos el más sorprendido de lo que escribo soy yo. No pienso
que sea verdad, bueno o sabio lo que expreso, es lo que hace quien soy, que es
lo que hasta ahora no he conseguido conocer.
No obstante,
hasta que no cambie mi yo, seguiré siendo como soy, algo que por mucho que
cambie seguiré siendo y manifestando.
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