No pretendo molestaros

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Yui Shin

jueves, 16 de agosto de 2018

ALABANDO ZAZEN

          Escribe Hakuin Ekaku en su Zazen Wasan (Canto de Alabanza a Zazen):
Todos los seres son desde el principio Budas.
Es como el agua y el hielo; Sin agua no puede haber hielo.
No hay Budas si no es en los seres vivientes.
Al no saber que está aquí cerca, lo buscamos lejos. ¡Qué lástima!
Es como el que llora de sed estando en el agua; es como el hijo de una casa noble extraviado entre los pobres.
La causa de nuestro deambular a través de los seis mundos es que estamos perdidos en los oscuros caminos de la ignorancia; y nos extraviamos cada vez más en la oscuridad.
¿Cuándo escaparemos de nacimiento y muerte?

          Es un poema, que señala que los monjes que se dedican exclusivamente a la Meditación, buscando su Naturaleza de Buda trabajan y luchan en vano.
          Que quien busca por cualquier medio su Naturaleza de Buda, busca lo que nunca podrá encontrar.
          Que incluso aquél que trasciende la dualidad y regresa a casa, solamente es un viajero que ha llegado al cielo, al Nirvana, moviéndose en lo infinito, pero todavía en el trabajo, incluso en el no hacer de moverse.
          Aparentemente es algo que hacemos en el mundo espiritual, en el desarrollo de nuestro ser, pero desgraciadamente es nuestro “Modus vivendi”, nuestra naturaleza de ser, nuestra idiosincrasia, la maldición que cargamos en nuestra vida: “Destruir lo que tenemos, lo que somos, lo que necesitamos, para crear, buscar y tratar de encontrar lo que deseamos, lo que soñamos, lo que creemos no tener”.
          Pasamos vidas y vidas tratando de escuchar el sonido de una mano al aplaudir, tratamos de crear una sociedad humana, personas que sueñan con una sociedad que funcione movida por el amor, aunque solamente sea el sentimiento.
          Pero tratamos de destruir todo lo que hemos creado para poder vivir según la naturaleza que decimos poseer: “La humana, la divina, la del Amor”.
          Inexplicablemente hemos dejado de mostrarla, para crear una sociedad opuesta a lo que decimos soñar o querer.
          Tratamos de seguir las Enseñanzas de los Maestros, siguiendo al pie de la letra lo que han dicho. Instauramos leyes que nos mantengan y obliguen a manifestar lo que deseamos ser. Hemos creado todas las asociaciones, todos los estamentos y todas las normas que nos digan lo que tenemos que hacer para parecer humanos.
          Pero como dice Hakuin: “Todos los seres son desde el principio Budas. Es como el agua y el hielo; Sin agua no puede haber hielo. No hay Budas si no es en los seres vivientes”.
          Desde el principio todos somos lo que somos, lo que hemos soñado, lo que nos han dicho los Maestros, bastaría con serlo para no tener que esforzarse en crearlo.
          Somos el agua que se manifiesta en vapor o hielo, el vapor no deja de ser agua, al igual que el hielo. Somos el Buda, la Dualidad, el Todo y la Individualidad. Somos las dos manos aplaudiendo que solamente pueden manifestarse como una y en el sonido del Silencio en su aplaudir.
          Buscamos la Dignidad de la Vida, cuando es suficiente con manifestarnos en Ella. Tratamos de regularizar la vida que soñamos, regularla, limitarla, establecer cómo debemos ser para conseguir ser lo que deseamos ser.
          No es el buscar lo que nos traerá la realización de nuestros deseos, de nuestros sueños. Ya somos todo ello, si dejamos de controlar nuestro ser desde el ego, desde la separación y desde destruir lo que somos, para tratar de crear el sueño.
          No hay que buscar la Eternidad, simplemente es necesario no tener que nacer, sino ser lo que se es: “Naciendo y muriendo en el Ahora”.



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