Del Sutra del
Diamante: (3) "¡Bien Subhuti!
-contestó el Buddha- cuando alguien dice, ¡Quiero seguir el Camino del
Bodhisattva porque quiero salvar a todos los seres; sin importarme que sean
criaturas que hayan sido formadas en un útero o incubadas en un huevo; que sus
ciclos vitales sean tan observables como el de los gusanos, insectos o
mariposas, o que aparezcan tan milagrosamente como las setas o los dioses; que
sean capaces de pensamientos profundos, o de ningún tipo de pensamientos; hago
el voto de conducir a cada uno de los seres al Nirvana; y hasta que no estén
todos allí seguros, no recogeré mi recompensa y entraré en el Nirvana.!’
entonces, Subbhuti, debes recordar como uno-que-ha-tomado-los-votos, que
incluso si tal incontable número de seres fueran liberados, en realidad ningún
ser habría sido liberado. Un Bodhisattva no se aferra a la ilusión de una individualidad
separada, una entidad egótica o una identificación personal. En realidad, no
hay "yo" que libere, ni "ellos" que sean liberados.
(5) "Subhuti, ¿qué piensas? ¿Es
posible describir al Tathagata? ¿Puede ser reconocido mediante características
materiales?"
"No, Señor, no es posible someter al Tathagata a diferenciaciones o comparaciones."
Entonces dijo el Señor, "Subhuti, en el fraude del Samsara todas las cosas son distintamente consideradas o atribuidas, pero en la verdad del Nirvana ninguna diferenciación es posible. No se puede describir al Tathagata.
"Aquel que comprende que todas las cualidades no son de hecho cualidades determinadas, percibe al Tathagata."
"No, Señor, no es posible someter al Tathagata a diferenciaciones o comparaciones."
Entonces dijo el Señor, "Subhuti, en el fraude del Samsara todas las cosas son distintamente consideradas o atribuidas, pero en la verdad del Nirvana ninguna diferenciación es posible. No se puede describir al Tathagata.
"Aquel que comprende que todas las cualidades no son de hecho cualidades determinadas, percibe al Tathagata."
El que
quiere seguir el Camino del Bodhisattva, está obligado a prometer y acoger la
responsabilidad de cumplirlos.
Pero no
hay recompensa, no hay nada que obtener, no hay meta a la que llegar, Nirvana
donde ascender o Budahood que alcanzar.
No hay
algo que no seamos, algo que podamos eliminar o conseguir, que no sea nuestra
Naturaleza.
Todo cuanto
es buscado, cuanto es añorado y soñado, Shakyamuni con sus palabras
pronunciadas desde su Naturaleza Verdadera, la de Buda, nos niega toda posibilidad
de intervención en crear un Universo en el que podamos reinar cuando consigamos
ser Budas.
Buda no
tiene características que puedan ser percibidas. No tiene ni tan siquiera las
marcas que el budismo enseña como características de Buda.
No hay
nada que permita que podamos reconocer a Buda.
Buscamos ser
Uno con Él, le buscamos en el Todo, en lo Absoluto, en el Sonido de Una mano,
en el perro portador de su Naturaleza o en el que no la tiene, pero son caminos
que llevan al fracaso, al desengaño, a encontrar un sucedáneo de Buda, pero
nunca a encontrar al Verdadero.
El Verdadero
Buda es inexistente, por lo que no podemos encontrarle, quizás es por ello que
tantas personas han dejado de buscar: “¿Para qué buscar lo inexistente, lo que
no puede ser encontrado?”.
Solamente
el Bodhisattva, se promete no descansar hasta llegar a Él, buscarle
eternamente, llevando a cuantos seres existan en los Infinitos Universos hasta
Él, antes de encontrarlo personalmente.
Sabe que
nadie podrá cruzar antes que él, que él no podrá encontrar a Buda. Pero su Voto
es no descansar hasta encontrarlo, por lo que finalmente lo encontrará.
Para ello
dejará al Bodhisattva, en el Origen del Camino, cuando solamente existía el
Absoluto Vacío. Caminando eternamente, hasta llegar a encontrarse.
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