Recuerdo
una novela, probablemente con algo histórico incluido en ella, cuyo título en
mi recuerdo es: “El Último Shinja”, fue
en Japón donde la leí y en inglés, por lo que el título podría variar.
Shinja es
el Creyente, con el kanji de confianza y de una persona el otro: “Persona que
cree y tiene confianza en algo inconcreto, intangible y escurridizo para la
razón y la demostración de su entidad”, esa
es la confianza del Shinja. Dedicar cuanto es a manifestarse como Vida, como
Dios, como Humano, como protector de todos ellos y sus manifestaciones.
Durante siglos
se movieron con las caravanas, con las migraciones, con los ejércitos, tratando
de llevar la Fe del Creyente a todos los rincones. Personas dedicadas a llevar
a todos los rincones, a todas las personas y sociedades la Confianza y la Fe de
Creer en la Vida, en el Espíritu intangible e imperceptible que hace que todos
seamos una misma Vida, un mismo Dios.
Podríamos preguntarnos:
¿Cuál era esta Fe?, ¿Qué era en lo que creían?, posiblemente pensaríamos que había una creencia, una fe
y un dios, para estos creyentes, algo que pienso que sería incorrecto. Probablemente
muchos de ellos usaron las religiones en expansión, para tratar de llevar la Fe
del Shinja, del Creyente con mayúscula, junto con la fe del nombre del Dios de
las religiones.
El que su
enseñanza pudiera adaptarse a cualquier religión, no es porque sean iguales,
sino porque el Espíritu de la Religión si va en la dirección del Shinja, tiene que adaptarse a las sociedades y personalidades de quien necesita ser
enseñado y creerá en la enseñanza, antes de encontrar la Verdad en sí mismos.
La Fe del
Shinja, es la de la Gran Duda, todo es cuestionado en cuanto es percibido por
los sentidos o es aprendido de experiencias y creencias ajenas. Pero no es la duda
de la desconfianza, sino la Duda de la Confianza, en sí mismo, en la Vida que
manifiesta y el Dios que tiene la responsabilidad de manifestar en su manifestación
como Vida que es.
Siendo una
sola la Vida, que se manifiesta en cuantos Universos puedan existir, tomando
las formas que permite ese Universo en número Infinito, es natural que sin
importar si hay un Dios o no lo hay, este manifieste su Naturaleza como
Absoluto, de Ser o de No Ser.
El Ser se
manifiesta en la Dualidad Siendo, por lo tanto como Seidad de lo que cada
individualidad es, sin percepción de un sí mismo, que es conocido por la
percepción de las partes y de lo considerado perteneciente a otra
individualidad.
El Shinja
vive y percibe lo mismo que los demás, pero su Fe de Gran Duda, su Confianza y Creencia
en Una sola Vida, en una única Manifestación como individualidad de lo
Absoluto, le hace cuestionarse todo lo que es percibido por sí mismo o es
transmitido por los demás, en la seguridad que lo que es percibido no es la
realidad de lo manifestado.
Viviendo en
el engaño, en el mundo ilusorio, en el mundo del sueño, en la dualidad del ego,
conserva la comprensión de que es él quien tiene que encontrar la forma de
manifestar su Unidad Universal, como manifestación de una Vida Única.
Es, por lo
que no hay una creencia que pueda ser escrita o transmitida que sea la Creencia
del Shinja.
Pero al
mismo tiempo tampoco hay una creencia escrita, hablada o transmitida que
podamos decir que no lo es.
El Espíritu
del Shinja, su Naturaleza, se conserva como Absoluto, viviendo totalmente
integrado en la dualidad, mantenida por su Fe y su Credo. No tiene ninguna Fe
que profesar, no tiene ninguna creencia que seguir, que no sea lo que Es el
Shinja.
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