No pretendo molestaros

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Yui Shin

jueves, 13 de diciembre de 2018

INFELICIDAD

          Muchas veces me han preguntado: si soy feliz.
          La respuesta siempre es: Sí, que no recuerdo momentos en los que no lo haya sido.
          Suelen mirarme de manera extraña, alguna vez, preguntan si no he tenido malos momentos, si no me he sentido nunca infeliz.
          “¿Qué reloj funcionaría, si su péndulo no viajase a ambos lados de la caja?”, pero, es el poder decir a cada lado lo que hay en el otro lo que produce la felicidad del viaje.
          ¿Cuántas veces, el péndulo viaja de uno a otro lado?, pero sin poder llegar nunca: “Allí”. Toda su vida viajando, para morir sin haber salido de Aquí. Solamente obteniendo el conocimiento de: “Tantos allí, como vivió cuando estaba aquí”.
          Me han preguntado muchas veces el: “Por qué me marche a viajar”, nunca he sabido realmente qué responder, digo la mayoría de las veces que al estar Aquí y desear ir Allí, tuve que hacerlo, guardar cosas en el macuto y comenzar a tratar de ir a esos lugares que siempre que se desea ir, es porque están Allí.
          Mi aprendizaje tras 17 años, fue que: “Viajando Allí, nunca he podido salir de Aquí”.
          A veces, al ir hacia la tienda, pensamos si estará cerrada, si tendrán lo que necesitamos o queremos comprar, si tendremos que encargarlo, algo que siempre está en el deseo o en la puerta de la inquietud y el sufrimiento. Ir a la tienda, es no salir de donde estamos, que si es correcto nos llevará a la tienda, donde no estaremos hasta haber entrado. Sin deseo, sin cargar con el viaje, la Felicidad no tiene puertas.
          Si al llegar a la tienda, pensamos si lo que compramos es lo correcto para la situación, si sabremos prepararlo, si nos faltará algo, entraremos donde no deseamos hacerlo. Mientras compramos, hay que vivir la compra, algo que no es desechar lo que somos ahora, “El resultado de todo el pasado”. Algo, que no nos permite saber que somos felices: “No hemos salido de ella para contrastar”.
          Pensar que la infelicidad nace del deseo, tampoco es correcto. Sé que lo dicen los Maestros, pero nunca he sido un buen alumno, por lo que cuando deseo algo: Estoy seguro: “De que no lo tengo, no estoy allí y que es algo que no se ha realizado”, por lo que, simplemente vivo el desear algo sin cargarlo, pretendiendo verlo realizado o poseído.
          La Felicidad, no puede sentir o vivir cuando es feliz. Es el frío el que siente el calor. Una cosa está fría o caliente, no por sí misma, sino dependiendo la temperatura de quien la toca, entra en contacto o se relaciona.
          La Felicidad es vivida, sentida, disfrutada y manifestada en un ahora feliz por la Infelicidad.
          Al rechazar: “El Ahora y la infelicidad”, al no vivir lo que estamos viviendo, al cargar los deseos en el vivir del ahora, solamente podemos vivir lo que somos: “Buscadores de Felicidad, por tanto, Infelicidad”.
          Vivir los buenos y los malos momentos, vivir la infelicidad y la felicidad, vivir cada ahora, cada ayer y cada mañana, nos permite vivir en la Felicidad sin puertas, no podremos saber que somos felices, porque existimos en la Felicidad.
          Pero manifestamos lo que somos cuando vivimos realmente: Vida. La Dualidad además, nos permite tener la seguridad de que para vivir cualquier tipo de ahora, hay que tener la Felicidad de estar vivos.
          Algo que nos debe permitir no tener miedo a: “Vivir la muerte”.
          No es el deseo, sino el buscar la Felicidad la que nos obliga a ser Infelicidad.
          Sin Discriminación, no hay búsqueda, por lo que podemos existir en la Felicidad de existir, de                                                                 vivir: felicidad e infelicidad, siendo Felicidad.



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