Nuestras ansias
por comprender, nuestra sed de conocimiento, nuestra incomprensión y
desesperación al no saber lo que somos, nos lleva en ocasiones, quizás con
demasiada frecuencia a: “Confundir las explicaciones o los conocimientos de algo con la
Realidad”.
Hemos descubierto
mucho acerca del funcionamiento de la Vida, sus manifestaciones y
transformaciones, pero nos es imposible saber la Realidad de cómo una semilla
puede transformarse en planta, cómo la planta da flores y las flores se
transforman en semillas y frutos, que dan origen a nuevas plantas.
En ello
vemos que todo vuelve al origen, que la semilla regresa al estado de semilla,
que la planta regresa al estado de planta, el fruto al de fruto,
incansablemente, pero que este es el círculo que gira eternamente. El Círculo
de la Manifestación, en el que hay percepción de lo que algo es.
Pero lo
que no podemos conocer, lo que no podemos percibir es: ¿Cuándo ese Circulo
se para para que todas las manifestaciones regresen a su origen real?: Siendo Vida.
Obviamente
la Vida siempre ha estado en cada manifestación, han sido Vida a lo largo de
esa existencia percibida como manifestación de la Vida, pero su Realidad, su
Origen es: Siendo Vida, Inmanifestada en cuanto a ser percibida por alguna de
las manifestaciones, en caso de existencia o potencialidad.
El Concepto
de Dios, encuentra las mismas limitaciones en cuanto a poder ser percibido en
su Realidad. Siendo que es algo existente antes de un Principio y que, si
hubiese un final para la manifestación de Él o de la Vida, seguiría existiendo
Dios. Nuestro regreso al origen debería de ser a la no-existencia, a ser lo que
nunca hemos dejado de ser: “Manifestación de Dios”, por tanto,
no hemos sido ni tan siquiera una Creación, sino Dios mismo. Es quizás el budismo,
el que más se acerca a este entendimiento del Concepto Dios.
Pero las
explicaciones, los conocimientos y filosofías creadas para explicarlo son
diversas.
Desde un
Dios Creador, que cuida, vigila, protege y premia o castiga nuestra libertad de
expresión, según esta sea hacia lo que es entendido como bien o como mal. O una
Vida que se manifiesta creando formas y dotándolas de una vida que les permite
evolucionar por sí mismas, que el regreso al origen, sería ser Vida, lo mismo
que esta, pero con nosotros y lo que nos rodea más evolucionado, que también se
piensa de forma diferente según la filosofía.
También se
piensa, en un Dios que representa el Bien, con una Creación o manifestación
opuesta, que sería la imperfección, el ego, el Mal, la que por evolución se
acercaría a Dios y formaría parte de Él. Algo parecido a un tatuaje, un peinado
o la ropa, o podría ser un trasplante o quizás algo que es de nuestra
propiedad.
O podría
ser que una de las polaridades fuese creada por la otra, se separaran y una
regresase a la otra, pero cambiada por su esfuerzo en ser lo que era antes de
separarse, añadiendo al Conocimiento de Dios, el adquirido en el transcurso de
la separación.
Obviamente,
son todo explicaciones de lo inexplicable, la Realidad no puede ser percibida,
no puede ser contada, conocida o creada por algo externo.
La Vida o
Dios, al igual que Amor, son la Realidad que todos queremos conocer, pero que
nos es imposible al ser lo que estamos manifestando y es nuestra Esencia,
nuestra Naturaleza, nuestro Ser con mayúscula es Serlo, no el percibirlo o
conocerlo.
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