Una casa
habitada, no es un hogar, aunque pueda serlo.
Una familia,
puede estar formada por personas en guerras y disputas. Un grupo puede estar
formado por personas que conviven como familia.
A veces
tus padres biológicos, destruyen la vida que te han dado. Pero unos
desconocidos, pueden ayudarte como padres.
Las diferencias
no están en las palabras, sino en cómo define el Concepto las palabras.
Es quizás,
uno de los problemas que tenemos en la comunicación hoy en día, hemos dejado de
leer y pensar, para usar las palabras con lo que nos dicen que significan.
En nuestra
falta de interés por entender a los demás, ni tan siquiera tratamos de saber o
conocer las implicaciones, las definiciones y posibles entendimientos del uso
de la palabra.
Hay palabras
que definen creencias y conceptos, que unos creemos y otros no creemos, y
simplemente negamos el significado de las palabras, sin tratar de entender que
lo que define una palabra es el Concepto, más que la realidad de lo que es
nombrado.
Si decimos
“caballo”, es una palabra que
todos conocemos, pero con ella nunca entenderemos si: “Es cojo, el color,
la raza, si es droga o el de un gimnasio”, menos
aún: “Su carácter, sus vivencias o las partes o individualidades que le
integran”, porque para ello habría que
entender el Concepto, que siendo lo que origina la palabra, puede tener
infinitas connotaciones, imposibles de adjetivar en la palabra.
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