Sin darme
cuenta, estoy en un año que ha sido usado, uno de sus días ha sido hollado por
la huella de la Vida, ha sido añadido a la cuenta del tiempo que se sale del
Ahora.
He pensado,
en cuál debería ser mi propósito para él y he decidido arriesgarme: “Voy a tratar, de
vivir los máximos momentos que pueda desde la Dignidad”. Sé que la mayoría cree hacerlo, incluso muchos años de
mi vida también confundí la prepotencia con la dignidad, sin llegar a pensar
que existiese una Dignidad con mayúscula.
Ese sentimiento
de que a mí nadie me falta, que a mí nadie me abusa, ni me manda, ni me dice lo
que tengo que hacer, que la mayoría de las veces es nuestra dignidad.
La que
quisiera conocer y comenzar a poner cuanto pueda en mi vivir, esa Dignidad que
camina con la Verdad, que permite que crezca la Justicia en sus orillas y que
la disfrutemos al caminar por Ella.
Esa Dignidad
que permite que me respete hasta cumplir con todas mis responsabilidades, en
lugar de con mis deseos y caprichos. Que me hace amar lo que soy, cuidándolo
para que crezca lo máximo posible sin exigirme nada, solamente por caminar en
lo correcto en la búsqueda de mi Humanidad.
Me gustaría,
que al aceptarla poder respetar a los demás, incluso cuando no se lo merezcan,
simplemente porque son parte de esa Humanidad que busco. Me gustaría, no hacer
nada para que encuentren las consecuencias de sus acciones, ayudándoles si me
lo piden a salir de ellas. Sin por ello colaborar a que se establezcan como
normalidad de nuestra convivencia.
Aceptar todo
cuanto la Vida me ofrezca, para desde la Dignidad, cumplir con mis
responsabilidades de usarlo correctamente para el bien de todo. Pero que esta
aceptación de todo, no incluya el aceptar hacer lo incorrecto para la
Humanidad, creando problemas de convivencia por la discriminación.
La Dignidad
que busco, no es la que nos brinda: “La Paz, el Amor, la Felicidad, la Justicia, la Verdad, el
Conocimiento de la Ignorancia, la Sabiduría de Ser, ni tan siquiera una
convivencia en Armonía”, la Dignidad que
busco es la que no las destruye, exilia, ignora, o crea las condiciones donde
puedan nacer sus opuestos.
No sé
cuántas veces la usaré este año, pero tengo toda la Eternidad para conseguirlo,
porque no tendré suficiente con esta vida, pero regresaré tantas veces como sea
necesario para conseguirlo.
Tantas veces
como regrese, trataré de conocer la Dignidad, comenzando desde el principio si
hace falta si no recuerdo lo que antes aprendí.
Cuanto aprendo,
se integra en la Vida, y ella me lo pondrá en mí o en otra persona, para que pueda
seguir avanzando, en cualquier personalidad, condición o circunstancias que
regrese.
No recuerdo
cuantos ahora he vivido, supongo que varias Eternidades de ellos. Pero al igual
que traigo la Dignidad conmigo y la buscaré eternamente, siempre viviré ese
ayer, ese mañana, ese sueño, sin darme cuenta que busco la Verdad del Ahora,
único lugar de mi existencia. Todos somos agraciados con la Dignidad como
Naturaleza, pero es ignorada tratando de encontrar y usar la dignidad, que nace
de ese yo de la separación, semilla del ego.
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