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El Tao que puede ser nombrado no es el Tao eterno.
El nombre que puede ser pronunciado no es el nombre eterno.
Lo Innombrable es el principio del Cielo y la Tierra.
Lo Nombrable es la madre de las Diez Mil Cosas.
Sin deseos se puede ver el Misterio; Con deseos se puede ver sus
manifestaciones.
Los dos brotan de la misma fuente, pero tienen diferentes nombres
para una misma realidad.
Oscuridad dentro de la oscuridad, Profundo misterio, Puerta de la
transformación de todos los seres.
Este es
quizás el cristal con cuyo color hay que leer el Tao Te King.
Del verbo
ser o estar, y el lado o “lao” en andaluz y para muchas personas, nace el
título del escrito: “Ser Lao Tse”.
El Tao que
puede ser: “Nombrado, percibido o pronunciado”,
no es el Tao Eterno, el Verdadero si es que alguno no lo fuese.
El Tao que
algo puede pronunciar, percibir o nombrar, es lo Divino, el Cielo, Dios, el
Uno.
Aquello
que tiene una individualidad y puede ser Nombrado, es lo que existe en la
discriminación, en la dualidad, en las Diez Mil Cosas.
Cuando el
Sabio vive de acuerdo con el Tao, no deja de ser Tao, pero siendo Sabio, camina
en Él.
Cuando nos
esforzamos en convertirnos en Sabios que vivan de acuerdo al Tao, estamos
tratando, de alcanzar el Cielo donde existe lo Innombrable de la Tierra.
Todos los
aforismos del Tao Te King, tratan de explicarnos cómo caminar en el Tao, cómo
llegar a las metas del Tao, pero debemos leerlos con el cristal que determina
el color de lo escrito, que es presentado en el primer aforismo:
“El Tao que puede ser
nombrado no es el Tao eterno”.
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