Hay
evoluciones sociales que deberíamos mirar cuidadosamente, pues es a toro
pasado, cuando algunas veces se pueden observar razones ocultas, que no son
manifestadas, obviamente, porque no es lo que puede decirse.
La
abolición de la esclavitud, comenzada en zonas industriales, era necesaria
porque: ¿Podríamos imaginar una sociedad actual, en la que las industrias
estuviesen llevadas por esclavos mantenidos y comprados a precio de oro, por los
empresarios?
O acaso
sería posible, las posesiones que tenemos, si no se hubiese incorporado a la
mujer a la producción de bienes materiales, dividiendo el sueldo que tendría
que recibir un miembro de la pareja para pagar todo ello, entre los diferentes
miembros de la familia que trabajen.
Acaso, algunos
mecenazgos no son un tipo de esclavitud: Recibes alojamiento, alimentos, ropas
y para gastos, a cambio de dedicar tu esfuerzo a la actividad que te
encomiendan o permiten realizar.
¿Cuántas
mujeres con poder no han abusado de los demás?, realizando mejoras sociales y
abusos, al igual que el hombre que maneja el poder o cuando ambos son manejados por ellos.
Y es que
muchas veces, en nombre del progreso y de la Libertad, solamente miramos lo que
conviene al pastor, pocas veces, el borrego es consciente de hacia dónde es
dirigido.
Vivimos
con valores, con principios, que son cambiados a conveniencia de los resultados
que se buscan, que la mayoría de las veces, no son los de la evolución humana,
que impediría que pudiesen existir las semillas del abuso, de la indiferencia,
de la falta de respeto y aceptación de la diferencia individual. Hay tantas
cosas que sin necesidad de leyes serían diferentes si fuésemos conscientes, de
que la meta, el camino que recorremos en la vida, debería llevarnos a la
Humanidad.
Creemos,
que han aumentado nuestros derechos, que ha aumentado nuestra libertad, que en
sociedades antiguas todo lo que tenemos y pensamos ahora, no era posible debido
a su ignorancia.
¿Acaso la
Libertad ha cambiado?, ¿Acaso han cambiado los valores o principios?, ¿Acaso el
respeto por los demás, es diferente, por cambiar la forma de mostrarlo?, ¿No
hemos cambiado, el no aceptar unas diferencias por otras?
La
Justicia, no ha cambiado, los valores Humanos tampoco, la Aceptación, el
Concepto de Dios, o de Religión tampoco. No son los Conceptos los que cambian,
sino su letra. Los Conceptos, dan resultados diferentes en diferentes
circunstancias. La Justicia de una situación, depende de sus circunstancias,
los por qué y los cómo. Pero lo que no cambia es que la Justicia nace de la
Dignidad, y la Dignidad de la Verdad. Todas ellas cambiantes, Impermanentes en
cuanto a forma, pero Eternas en su Espíritu.
Es la
Eternidad Inmutable del Cambio, la Impermanencia Eterna, lo que hace que pueda
permanecer eternamente el cambio en la forma, en las circunstancias, pero no en
la Impermanencia.
Ser
Justos, no cambia por el tipo de sociedad, ni por las costumbres, ni por las
circunstancias.
Las diferentes
religiones, sus formas y su letra, tan diferentes, no cambia que la Religión se
base en la relación personal con el Todo.
Que Dios
sea lo Absoluto, no cambia si hay algo o no, si cambia lo que hay, porque lo
Absoluto no cambia el incluir Todo sin excepción.
La Justicia,
nunca depende de lo bueno o justo de las leyes. Depende de la Dignidad
individual, que sin importar las reglas o formas sociales no se necesitarían
leyes, para obligarnos a respetar lo demás o lo que somos.
Cuántas veces
hemos cambiado todo ello, porque nos parece que no funciona o para imponer algo
mejor y pasados los años, los siglos, seguimos con las diferencias, con los
poderes, con los abusos, con las ambiciones, cambiantes pero anidadas en el ego
que nos impide alcanzar nuestra humanidad efectiva.
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