LO PÚBLICO

       Mirando la lucha de varios grupos por el continuismo, incluso el aumento de lo público, no tengo más que sentirme sorprendido.

          No me sorprende, que el colectivo de funcionarios y entidades subvencionadas salga en manifestaciones, promuevan huelgas y presenten recursos intentando parar, cualquier cambio en el control de los dineros o en las subvenciones.

Me gustaría poder decir que conozco una entidad pública, no ya que tenga beneficios, me conformaría con que fuese autosuficiente, tras años de vender sus productos.

          El otro día en televisión, daban datos acerca del porcentaje que se le paga a hacienda por parte de la empresa y el trabajador. Este ascendía al 55 por ciento del dinero, de lo que la empresa destina al salario del operario.

          Aparte de este porcentaje, tenemos también el IVA, pagado en la materia prima y posteriormente en cuantas manufacturaciones o movimientos se realizan en esta. Pagando de nuevo el IVA de todos los que han sido pagados antes, de las ganancias en cada proceso y movimiento del producto, independientemente de que el IVA es devuelto posteriormente, una parte se carga al precio, puesto que algunos no serán cobrados por las empresas. Aparte, de los incrementos de los costos por diferentes impuestos. Esto es lo que pagamos en el precio de cuanto usamos.

          Es difícil calcular el porcentaje del dinero que ganamos, usado para pagar la gratuidad de lo público.

          No estoy diciendo que sepa de otro sistema mejor, simplemente pienso que por lo que invertimos los contribuyentes en nuestra empresa, le pagamos a nuestros trabajadores, lo poco que les controlamos y exigimos, deberíamos recibir algo mejor de lo que recibimos.

          La empresa capitalizada por los ciudadanos, para facilitar y mejorar su bienestar, no pienso que deba obtener beneficios, pero sí al menos una rentabilidad traducida en la calidad de ese bienestar. Un control mejor de cómo se usan los medios y el capital. Llegar hasta donde el capital aportado por los ciudadanos, permita, sin endeudarse por encima de lo imprescindible, no pensar que la solución está en pedir más. Esto es, gastar lo que y como le apetece a los empleados y exigir lo necesario para cubrir los despilfarros.

          Tenemos ahora dos cuestiones que están creando conflicto. Estas son la Seguridad Social y las Pensiones.

          Por qué no establecer una pensión mínima y suficiente y otra máxima. Hacer los cálculos para que pudiesen mantenerse en situaciones críticas y cuánto costaría a cada contribuyente. Por ejemplo, pensiones entre 800€ y 1500€, para todos, desde la no contributiva, a la del presidente de empresa o del gobierno y un fondo de pensiones privado, para ganar la pensión que necesite cada uno. Esto abarataría los impuestos y no sería tan difícil mantener las pensiones en el tiempo.

          La Seguridad Social es algo más complejo, pero sería importante optimizar el uso de los medios y del personal, controlar al menos un poco el trabajo y cómo es realizado de todos los funcionarios y simplemente que hagan lo que su nombre indica, “funcionar”. Simplemente, lo que pretendemos los ciudadanos es recibir proporcionalmente a lo que pagamos. Y lo que deben de demostrar los funcionarios es, que dan un buen servicio, a buen precio sin exigir monopolios públicos. Lo normal, dentro de las leyes que tenemos prohibiendo los monopolios, sería que los hospitales fuesen de diferentes tipos de gestión y fuesen quedando los que diesen mejor servicio, por el mucho dinero que pagamos los ciudadanos.

          Esta dedicación y buen hacer de los trabajadores, contratados y pagados por los ciudadanos, no es referible solamente al gobierno, sino a cuantos trabajadores viven y cobran de este dinero, bien sea directamente o por subvención. El buen uso y aprovechamiento de los recursos aportados por los ciudadanos, es la mejor labor que un trabajador público puede hacer, para que los impuestos y dinero que tenemos que aportar sea el mínimo.

          Comprendo el interés de los movimientos de izquierdas de que todo sea público, lo que haría que todo el dinero estuviese gestionado por el gobierno. Yo he vivido así muchos años, les daba el dinero a mis padres y ellos me daban lo que creían conveniente y cuando ellos pensaban oportuno. Hoy he crecido y prefiero ser el responsable de mi vida, liberando a mis padres de tanta responsabilidad.

          Lo público es lo que es de todos, lo común; cuidarlo, significa mayor durabilidad y menor precio. Cuidarlo nos permite disfrutarlo a un mayor número de ciudadanos durante más tiempo. Recordemos, que el parque más público que tenemos es la Tierra.