TODOS SOMOS CULPABLES

          Nos entristece, nos indigna, nos hace sentir inseguros, temor, al mismo tiempo que nos hace dudar de nuestra humanidad, de la dignidad de nuestro existir, de que verdaderamente podamos tan siquiera compararnos con los animales, con las alimañas, con los depredadores o carroñeros, que cuando menos actúan con la dignidad y funciones de sus especies.

          Me refiero a ese atentado de Sri Lanka: “Isla Noble, Isla Resplandeciente, lugar donde acaece la lucha del Lankavatara”.

          Nos parece imposible que pueda pasar en nuestra sociedad. Estuve en ella, durante tres meses, viviendo en casas o habitaciones alquiladas a los lugareños, que agradecidos nos obsequiaban con curry, con cocos e información de los lugares y sitios que visitar, donde comer y nos ofrecían compañía, mientras ellos la familia entera se trasladaba a una habitación o cocina exterior.

          Encontrando amabilidad y comprensión, en todas partes por donde viajé, en una tierra paradisiaca.

          Ha sido la guerra de los tamiles, que vinieron de India para enseñarles a cultivar el té, traídos por los ingleses, que quisieron apoderarse de la tierra donde se les había acogido.

          Pero si miramos en los atentados estudiantiles, los abusos en guarderías, colegios, institutos y universidades. Los abusos y violaciones de niños y los que tienen la posición de débiles. La desaparición de niños y principalmente mujeres, para la prostitución. Los asesinatos cometidos a diario en tantas partes del mundo, que nunca son esclarecidos y demasiadas veces ocultados y amparados por quienes son asignados para nuestra protección. Los cárteles y bandas criminales que pululan por el mundo, amparados por nuestras drogadicciones y el alimentarles con dinero y gente que les proteja y permita la fuerza con la que abusan de su poder y nuestra falta de dignidad.

          Podríamos mirar, en las múltiples corrupciones institucionales, en todo tipo de instituciones. Cuando es mejor elegir a un actor que representa a un presidente, que a un político que trabaja de presidente, para que nos gobierne y que no sea desde la corrupción y el abuso y violación de nuestros derechos, que por otro lado no necesitamos de políticos para que suceda, pues ya abusamos nosotros y nos violamos en derechos y físicamente entre nosotros.

          Cada día nos escandalizamos por lo que vemos u oímos en las noticias, nos atemorizan las noticias, que parece imposible que nos sucedan en pleno siglo 21.

          ¿Qué hemos aprendido de siglos de convivencia en la discriminación dual?, seguimos luchando por el poder y los dioses, seguimos abusando y violando a los demás, mantenemos nuestra posición de que alguien nos diga lo que tenemos que hacer, para no ser responsables de ello.

          Hemos tenido en la legalidad y la Justicia: “El derecho de pernada, la Inquisición, la muerte por mirar o decir algo al rey, la muerte, esclavitud o destierro por no adorar al dios oficial”. Tantas leyes equivocadas, mantenidas y obedecidas por el pueblo pero que podríamos considerar un aprendizaje, si realmente hubiésemos aprendido. Pero solamente hemos cambiado la letra, para abusar más de acuerdo con los tiempos y las posibilidades de abuso. Tenemos armas y métodos tan poco sofisticados como aquellos, pues para abusar no es necesaria la diplomacia sino el borreguismo.

          Rodeados por poderes que le hacen esclavos de sus ambiciones, que se dedican a abusar y violar al pueblo en sus derechos, que le roban la dignidad y respeto de sí mismos para controlarlos.

          Quizás porque el pueblo va a manifestarse o se hace violento para cambiar de grupo de poder, pero en cuanto a su búsqueda de la Humanidad, se dedica a producir y protagonizar la película del: “Silencio de los borregos”.