Mi
Maestro me dijo que Todo era Vacío, que mi Naturaleza era Ser Nada.
Pero
al mirar alrededor, ese todo estaba lleno de lo que no me gustaba, de deseos,
de lo que me gustaba, de rechazos.
Me
habían engañado tantas veces, que pensé, que por otra más no pasaba nada.
Un
día, pasados los años, acepté. Nada en concreto, no era que aceptaba algo, sólo
Acepté.
Y
el Vacío desapareció en la Nada.
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