Nos hemos acostumbrado tanto a ver el alma de la religión y la filosofía, que hemos olvidado que la Vida no crea desperdicios, que nunca sobra nada de cuanto hay o ha habido.
Nada sería lo que es y como es, si
algo hubiese sido diferente.
El Alma, incluso con mayúscula, no es
algo que existe fuera de la Ley.
El Alma, no puede desprenderse de
ropajes, de cuerpos o de algo que le es innecesario.
El Alma es lo que Es, porque tiene ese
cuerpo. Ese cuerpo es lo que le ha permitido evolucionar, por lo que manifiesta
el cuerpo con apariencia diferente, por ser el cuerpo transmutado del que
siempre ha tenido, el cuerpo físico que permite la evolución del Alma. El
cuerpo físico que la permite manifestarse en la forma.
El árbol está en la semilla, está en
la leña, está en la viga o el mueble, pero ha adaptado su forma, dependiendo de
su evolución, de la evolución de su alma de árbol.
Aparentemente el cuerpo es diferente,
ha cambiado, pero obviamente es el cuerpo adaptado al grado de evolución del
alma del árbol, sin la que no habría alma de la viga o del mueble y que ya
existía en la semilla.
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