El Camino siempre está cubierto por
nuestros pies, que es lo único que nos es permitido ver.
Podemos tratar de saber o conocer
acerca de Él, todo se pierde en explicaciones y sueños, que quieren explicar lo
que estamos pisando, el lugar que ocupamos, el momento que estamos viviendo.
El camino en el que estamos, es el
recorrido por el Vacío ocupado por nuestro cuerpo, por nuestras emociones, por
nuestra mente, que sólo se les permite existir, en un aquí que no esté ocupado
por algo, en un ahora que no esté ocupado por el tiempo.
Querer conocer el Camino, sería
salirnos de ese Vacío para poder contemplarlo.
Algo imposible porque hemos cambiado
de Camino, al ocupar un Vacío diferente, que sin embargo no ha cambiado. Sólo nosotros
somos diferentes por ese Vacío que creemos ocupar.
Cuando cansados de caminar y de buscar, dejamos de hacerlo, cuando el cansancio nos hace olvidarnos de que hay algo experimentando cansancio, cuando incluso el cansancio deja de ser percibido, el Camino desaparece, desaparece el caminante.
Finalmente, hemos encontrado el
Camino.
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