Me pregunto, cuántos profetas,
maestros, ciudadanos normales y en todo tipo de ocupaciones y circunstancias,
no buscamos que al menos haya una persona justa entre quienes nos rodean.
He buscado, tratando de encontrar
alguno en este Universo y en cuantos he recorrido, me hubiese conformado como
Dios, si tan siquiera hubiese encontrado uno.
Derrotado, desesperanzado cansado,
miré qué había aprendido de tanto batallar buscando.
Que es tiempo perdido, el tratar de
encontrar una persona justa, si no es encontrada en el espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario