El entendimiento de algo muestra lo
que somos, y es lo que entendemos lo que crea aquello que somos. Ambos aspectos
no son uno, tampoco dos, son UNA pareja.
A veces al comentar en un bloc, borro
lo escrito sin darme cuenta, lo escrito, la imagen, lo que hay en el bloc no ha
variado, pero me es imposible recordar y escribir lo que alguien que sin ser yo,
pero no ha dejado de serlo escribió.
Otras veces al comentar en dos blocs
diferentes, en los que coinciden en una publicación, no sólo porque no escribo
en ambos al mismo tiempo, sino por haberlos publicado personas diferentes,
expreso una comprensión diferente leyendo lo mismo.
La comprensión, no sólo debe depender
de lo que somos en el momento de vivirlo, también debe influir la persona que
lo escribe o publica.
No hay comprensión nuestra, si estas
condiciones no se viven. Entender la letra de lo que leemos, no es comprensión.
Quedarnos con una palabra o unas frases de lo leído, tampoco es comprensión.
La Comprensión nace cuando vivimos el
momento: Palabras, escrito, situación, desde dónde ha sido escrito, desde el
entendimiento que sentimos ha sido publicado, el significado de cada palabra,
de cada frase, incluidas en el total de lo escrito y en las partes, nuestra
comprensión no excluye lo leído, lo escrito, pero es nuestra si modifica lo que
éramos antes de leerlo, porque es la modificación que creamos, lo que abarca
nuestro entendimiento, nuestra comprensión de lo que acabamos de vivir.
Desgraciadamente vivimos con
comprensiones ajenas: Libros, frases, filosofías, religiones, opiniones
políticas, enseñanzas memorizadas, que nos impiden la Comprensión propia, el
que seamos lo que comprendemos, porque somos seguidores, imitadores, fans, acólitos,
sectarios, que no nos modifican apenas, las opiniones acertadas o equivocadas
de los demás.
Leemos, oímos y vemos, para seguir
imperturbables en nuestras opiniones, que son nuestras porque las hemos
adquirido, las hemos recibido como regalo o prestadas, pero no son propias.
La Comprensión propia nace de vivir
cada ahora, no pudiendo repetir comprensión o entendimiento de una misma cosa,
porque lo que acabamos de vivir ha cambiado nuestra percepción de lo que
vivimos.
La Comprensión propia, nace de
escuchar a cuanto nos rodea, pero no desde el oído o los ojos, no desde la
razón o la mente, sino de vivirlo con todas ellas que componen lo que somos.
No espero que alguien entienda lo que
escribo, sino que su Comprensión pueda crecer o cambiar, con lo que esa persona
viva de las palabras, de lo escrito, de lo que yo aporte al escribir.
Me pregunto tantas veces, cuál es mi
Comprensión, qué es lo que quiero expresar en lo que escribo, qué fue lo que
realmente ha sucedido de lo escrito y qué parte es la que yo viví junto a las
personas que modificaron mi comprensión.
Qué Comprensión tendría ahora, si
hubiese entendido las palabras de mi Maestro. Que Comprensión tendría ahora, si
Él me hubiese enseñado sus conocimientos.
Afortunadamente, Él regó y abonó mi
Comprensión propia, sin tocarla.
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