Apesadumbrado y lleno de tribulaciones,
Le pregunté a Margarita,
Si eran correspondidos
mis amores.
Sí, no, sí, no, ……., .
Deseaba que sus
ropajes fueran infinitos,
Que nunca su respuesta
llegara,
Que me dijera ya que
sí,
Y si no nunca me
contestara.
Sus ropas blancas,
Vuelan en el viento,
Desnuda en mis manos,
Me mira amorosa
Regada por mis
lágrimas.
Me preguntas por
amores ajenos,
Cuando aún no sabes:
Si te amas dando amor,
A quien te acompaña.
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