¿Cómo decir que enseña la Verdad, sin
mentir?.
Existiendo en el Ahora, decir que
existe el tiempo sería absurdo.
Decir que el péndulo se mueve en ambas
direcciones, mientras el tiempo avanza, sería incongruente. Decir que se mueve
sólo en una dirección, crearía confusión en las mentes.
Sin embargo, el péndulo se mueve sólo
a la izquierda o a la derecha, porque el tiempo sólo avanza para adelante o
para atrás, pero no en ambas direcciones al mismo tiempo.
Si colocamos dos observadores y
testigos del movimiento del péndulo, uno a cada lado delante y detrás del
reloj, si les preguntamos a cada uno alternativamente, ambos responderán que el
péndulo se mueve hacia la izquierda o hacia la derecha, ambos coincidiendo en
la respuesta.
Al igual que sucede en la vida y la
muerte, en las que el tiempo avanza en una sola dirección. La una en el frente
y la otra en la espalda de la Vida.
Decir que podemos cambiar, conseguir
ser aquello que deseemos, que encontraremos la felicidad y llegaremos al
Espíritu, es proponernos que mañana comeremos, que mañana nos ayudarán, que
seremos humanos mañana. Sabiendo que sólo hay mañana en el ahora, que el tiempo
no avanza ni retrocede, porque eternamente permanece siendo ahora, no pudiendo
existir o salir de él.
Cuando nos dice que abandonemos la
mente, nos habla de consciencia, de estar alerta, de vivir el ahora que estamos
viviendo, para alcanzar a estar en un lugar al que llegaremos en otro momento. Porque
la mente encontraría que es absurdo lo que nos están diciendo.
Finalmente, conseguimos entender la
existencia, vamos descubriendo cuanto nos rodea y nuestra mente nos explica lo
que cada individualidad es. Por lo que, en un ser que ve su realidad, le dicen
que eso es todo irreal, que la realidad está en lo que no ve, que todo es
diferente a lo que percibimos y entre sí, pero que llegaremos a un Universo
donde todos seremos iguales y formaremos un Uno único.
Obviamente, un Maestro no puede
enseñarnos la Verdad, tampoco nos la puede decir o enseñar, porque al final la entenderíamos,
que sería el habernos engañado realmente, si es donde hemos llegado con sus
explicaciones.
Como el péndulo, nos movemos entre
materia-espíritu, ser-no ser, dualidad-absoluto, poder-esclavitud, fuerte-débil,
y así hasta que el péndulo deja de moverse y nos trae la desesperación a
nuestro existir, vivir, movernos, sin apenas ser conscientes de hacerlo.
Soñamos con abandonar el cuerpo y
alcanzar el Espíritu, dejar la vida de ambición y alcanzar la Humanidad, salir
de la Tierra para vivir en el Cielo, sueños, sueños, sueños, que el Maestro
mirando desde ambos lados del reloj, ve que el péndulo sólo puede moverse en
una dirección, hasta que preguntado el reloj por la dirección en la que se
mueve el péndulo, no contesta, pues no sabe que es reloj, ni percibe algo que no
sea Vacío.
Pero cómo podría decirnos el Maestro
que no es real, que no existe el Maestro, que nosotros tampoco existimos, que
somos el Péndulo de la Vida que se mueve de un lado a otro, sin poder moverse
en el Ahora en el que realmente vivimos.
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