Obviamente, la verdad es tan amplia y
diferente como individualidades la expresan.
También la libertad es tan diferente
como la verdad, determinándose por el número de individualidades.
Pero hay algo que, acota el
entendimiento de estas palabras, por ser dichas por quien las pronunció: “La
Verdad Correcta que nos lleve a conseguir la Libertad de los demás”, obviamente
también, la nuestra está garantizada por los demás, por lo que no tendremos ni que
buscarla.
Pero hemos encontrado que la Verdad,
requiere muchas explicaciones, que tenemos que demostrar que equivocados o no,
la verdad que expresamos es en la que creemos y estamos convencidos en este
ahora que es la verdad.
Por el contrario, la Mentira no
necesita demostraciones o argumentaciones, sólo hay que decir lo que la otra
persona quiere oír o mejor aún, lo que nos interesa que le parezca bonito y
bueno.
No hay nada como la Sinceridad, para
que los demás sepan qué hacer para satisfacer sus deseos.
No hay nada como la Verdad, para que
los demás desconfíen y se pregunten qué es lo que buscamos obtener.
La Mentira, les convence: Porque les
promete conseguir lo que desean o deseen.
La Mentira, no necesita demostrarse:
Porque les dice lo que desean oír.
La Mentira, es útil, porque deja
felices a los que son abusados y violados, mientras el mentiroso se apodera de nuestros
sueños, de nuestras vidas, de nuestras almas.
La Mentira y el mentiroso, consiguen
que seamos esclavos al servicio del mentiroso.
Pero nos queda el pensar que conseguiremos
algún día aquello que nos han prometido, que son las circunstancias, lo que lo
ha impedido a lo largo de todas las vidas que terminaron, sin ver o conseguir
lo que se les prometió.
La Mentira es tan poderosa, que a
pesar de practicarse por siglos, por milenios, todavía esperamos que se cumplan
las primeras promesas que nos hizo la Mentira.
El Poder de la Mentira, es que impide
que pensemos, que no nos permite aprender de los errores, que apenas
conseguimos viviendo en ella, saber quién somos o qué función tenemos en la
Humanidad.
No importa si la Verdad es la
equivocada o la acertada, pero es la honestidad, la honradez y la
responsabilidad que conlleva expresarla, lo que nos hará libres.
Porque la Mentira, es ocultarnos no
solamente a los demás, sino a nosotros mismos. Algo que nos llevará a ser
esclavos de la Mentira, del mentiroso y que nos obligará a mentir, incluso a
nosotros mismos.
La Verdad puede herir a quien no la
acepta o no quiere resolver el conflicto real. Pero fortalece y nos obliga a
tener el valor de enfrentarnos a los problemas.
La Mentira nos hiere, pero nos somos
conscientes de las heridas. Crea nuevos conflictos, con nuevas mentiras, que
nos lleva a la cobardía, pues no nos atrevemos a enfrentarnos a la realidad y
sus problemas.
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