El Infinito, es solamente una sucesión
de ahora que se muestra, como Es, eternamente.
El cambio del tiempo, no afecta al
Ahora, pues sin importar lo que se manifiesta, es exactamente lo que existe en
este Ahora, que permanece inalterable eternamente.
En la semilla está todo el árbol que
ha sido y será, no depende de que germine o no. Ella contiene todo cuanto es su
origen y final, como árbol o planta.
No importa cuanto cambie o se mueva
algo, no dejará de existir su origen y final en él, en cada Aquí y Ahora de su
existencia o inexistencia.
El Ahora es el equilibrio manifestado
de la Eternidad, ahora.
El Aquí, es el lugar donde se
manifiesta lo Infinito de lo manifestado o inmanifestado.
A veces, cuando nos dicen que somos
imagen y semejanza de Dios, que somos Espíritu, que somos Buda, nos miramos
para comprobar si es verdad.
Pero sólo percibimos lo que ha sido, o
soñamos lo que será.
Al mirarnos en el espejo, no nos vemos
como Dios o como Buda, no creemos que lo que vemos se asemeje a Dios, porque vemos
la imagen, pero no el espejo, siendo espejo.
Queremos que las palabras escuchadas o
leídas, tengan el significado que nos han dicho. Pero las palabras significan
lo que hemos entendido.
Cuando realmente queremos entender las
palabras, tenemos que conocer la función y responsabilidad de ese nombre, de
ese sonido, sólo entonces, nuestro conocimiento nos permitirá escuchar las
palabras, desde ser su sonido.
Hay semillas que no germinan por las
condiciones, pero el hombre no germina, por su ignorancia, al creer que sólo es
semilla.
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